La querella sobre Catalana
Es cierto que todos los ciudadanos deben ser iguales ante la ley, pero no es cierto que produzca el mismo efecto una querella sobre un ciudadano normal que otra que afecte a un cargo público. Y no es lo mismo porque, aunque luego se falle su inocencia, la sola petición de procesamiento condena de antemano a sufrir un duda de culpabilidad que sombrea su gestión. Y esta es la causa de la irritación de muchos ciudadanos en el caso de Catalana, que si nos manifestamos en favor de Jordi Pujol no fue por ningún motivo caudillista.Yo no sé cuáles eran las prácticas bancarias habituales en esas épocas franquistas a que se remontan los hechos, ni tampoco si hubo o no irregularidades en Banca Catalana. Lo que sé es que en esa época Banca Catalana proporcionaba dinero para financiar libros en lengua catalana, para financiar asociaciones, para financiar recitales de la nova cançó, para pagar fianzas, para sacar a presos políticos de las cárceles, para salvar empresas en crisis, etcétera. ¿Que si hubo irregularidades? No lo sé. Pero de lo que estoy seguro es que Pujol no sustrajo fondos para su lucro personal, pues en Cataluña nadie sabe nada de sus hipotéticos yates y mansiones. En fin, que ahora sólo deseo que se acelere al máximo el proceso para que acabe pronto esta desagradable situación.
