Ni fugitivos ni desertores
El Moceop (Movimiento pro Celibato Opcional) surgió en enero de 1978 como consecuencia de la secularización de un sacerdote de Madrid. Un grupo de presbíteros de la misma vicaría firmó una "reflexión" titulada A propósito de una nueva secularización, en la que, una vez enmarcado el tema, los sacerdotes firmantes daban una serie de contenidos-razones de tipo personal, pastoral y eclesial, y tomaban las primeras decisiones. Desde entonces hasta ahora una de sus principales reivindicaciones es que no aceptan ser considerados como fugitivos, desertores o dados de baja.En primer lugar registraban aquellos curas que la ley del celibato se vive con una gran carga de problematicidad personal, muchas veces en la clandestinidad de la expresión de amor con todas sus consecuencias de mutilación expresiva de angustia. Tras analizar los problemas pastorales se referían a la dificultad que suponía la excesiva jerarquización de la Iglesia y concluían diciendo que el celibato como condición para el sacerdocio implica una infravaloración del estado laical.
Pasados casi seis años, el Móceop, que cuenta ya con una estructura organizativa más sólida como consecuencia de su extensión a 15 diócesis españolas y que representa en estos momentos a cerca de 1,000 personas, considera que las secularizaciones- son un fenómeno irreversible que ha causado impacto en "personas ajenas al tema cristiano", en los creyentes sencillos, en las comunidades y en los directamente afectados.
Como han señalado dos miembros de este movimiento -el sacerdote no casado pero partidario del celibato opcional Ildefonso Herranz y el sacerdote casado Alfonso Gil-, "el fenómeno del celibato opcional no se puede aislar de otros temas eclesiales (evangelización, comunidad, ministerios, acción profética ... ), "a pesar de que defendemos una ruptura con la sacralización de la función presbiteral y la mentalidad de casta y apoyamos un cuestionamiento radical de una Iglesia históricamente marcada y condicionada por el culturalismo, la jerarquización y las actitudes represivas y defensivas ante el mundo moderno".
Los miembros del Moceop tienen clara su negativa a las simplificaciones. "Deseamos plantear el fenómeno de las secularizaciones", dicen, "en toda su profundidad e implicaciones. No estamos ante un tema cerrado. Reivindicamos la solución a un problema que afecta a personas y comunidades, pero nos situamos más allá de la reivindicación y no estamos empeñados tanto en una discusión teórica cuanto en dejar avanzar la vida de los creyentes".
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