Los líderes del mundo occidental ofrecen a la URSS una cooperacion a largo plazo
Los líderes del mundo occidental hicieron ayer a la Unión Soviética una oferta de diálogo y cooperación a largo plazo, en el convencimiento de que es de mutuo interés para ambos bloques. "Estamos a favor de acuerdos que fomenten la confianza y den expresión concreta, a través de acuerdos, al principio de no uso de la fuerza", dice una de las declaraciones finales de la cumbre de los siete países más industrializados de Occidente, que se clausuró ayer en Londres.
Los siete llegaron finalmente a compromisos intermedios en varios de los puntos inicialmente incluidos en la agenda, tanto a nivel político como económico, aunque algunos de los grandes temas de la reunión, como el de los altos tipos de interés norteamericanos o la convocatoria a fecha fija de una nueva ronda de conversaciones sobre el comercio internacional, quedaron para mejor ocasión.A nivel político, la declaración sobre relaciones Este-Oeste contiene un elemento nuevo, puesto de relieve por el presidente francés, François Mitterrand: "hemos querido hacer hincapié en todo lo que tenemos en común con el Este". El texto consensuado afirma que los dos bloques comparten importantes intereses: preservar la paz, fomentar la confianza y la seguridad, reducir los riesgos de un ataque o guerra por áccidente, mejorar las técnicas de control de crisis y evitar la carrera de armamentos nucleares. Los siete piden una vez más a la URSS que vuelva a la mesa de negociaciones y recuerdan que Estados Unidos ha ofrecido reanudar los contactos "sin ninguna condición previa".
La declaración fue bien acogida por Mitterrand, que viajará a la capital soviética la semana próxima, pero también por el secretario de Estado norteamericano George Shultz. No en balde Ronald Reagan se encuentra en campaña preelectoral. Shultz aseguró que "Occidente está en la vía correcta", y resaltó la unidad de los asistentes. Varios miles de manifestantes, convocados por el Campaign for Nuclear Desarmament (CND) y por las mujeres de Greenham Cominon, se manifestaron, en cambio, frente a la Embajada de EE UU, en contra de la cumbre. Al menos 15 manifestantes fueron detenidos.
Igualmente satisfechos se mostraron los siete por el acuerdo logrado sobre la deuda internacional. Mitterrand lo consideró como el plato fuerte de la cumbre, punto de vista compartido por el primer ministro italiano, Bettino Craxi. George Shultz consideró que se había hecho "un excelente trabajo" y que se daban las condiciones para "lograr una mayor estabilidad" de los países afectados.
Donde no caben dudas de interpretación es en el fracaso europeo a la hora de convencer a Washington para que baje los tipos de interés. Todos los presentes, salvo los norteamericanos, insistieron, una y otra vez, en el tema, pero cinco minutos después de finalizada la cumbre, el secretario del Tesoro Donald Regan, volvió a asegurar impertérrito: "nadie ha presentado pruebas sobre la relación entre el déficit presupuestario y los tipos de interés. Nosotros, en cambio, tenemos mas de veinte estudios de universidades que dicen lo contrario". Ronald Reagan no logró, por su parte, convencer a los europeos de que se incluyera en el comunicado una fecha concreta para el inicio de una nueva ronda de negociaciones sobre comercio internacional, pese a que Schultz reconoció que lo había intentado. Mitterrand y Craxi, sobre todo, repitieron hasta la saciedad que no existía un acuerdo.
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