El Gobierno de Indira Gandhi ordena la intervención del Ejército en Cachemira

El Gobierno indio ha ordenado al Ejército que se encargue de las operaciones de mantenimiento del orden en el Estado de Jammu y Cachemira, donde ya han muerto nueve personas y más de medio centenar han resultado heridas en el curso de incidentes protagonizados por jóvenes sijs tras la ocupación del Templo Dorado de Amritsar. En varias ocasiones las autoridades indias han declarado que comandos terroristas sijs se entrenaban en este Estado del extremo noroeste indio. Un nuevo balance de víctimas de la toma del templo de los sijs hablaba ayer de 500 muertos.

Srinagar, la capital de Cachemira, se encontraba ayer tomada por soldados, que realizaban peinados por diferentes zonas, según la agencia india PTI, que indicaba que no se habían registrado incidentes. En la ciudad se ha decretado el toque de queda indefinido.El Ejército también ha sido desplegado en la zona de Poonch, al suroeste de Srinagar, cerca de la frontera paquistaní, donde jóvenes sijs y naturales de Cachemira propaquistaníes se han dedicado a practicar actos de pillaje, según un portavoz oficial.

La situación política de Cachemira -con un 90% de población musulmana- tiene una larga tradición de conflictividad, que llega hasta nuestros días. El partido en el poder, la Alianza Nacional, de Faruk Abdullah, mantiene un conflicto abierto con la oposición, agrupada en torno al Partido del Congreso (I), de la primera ministra, Indira Gandhi. Faruk acusa al Gobierno central de querer, desestabilizar su poder, acusándole de veleidades propaquistaníes.

Inevitable

Indira Gandhi defendió ayer, en su primer comentario sobre el asalto al Templo Dorado, la intervención militar, que calificó de inevitable pues "ningún Gobierno puede tolerar la continuada matanza de inocentes por extremistas". La primera ministra manifestó que estaba apenada por las muertes producidas y pidió la vuelta a la armonía entre las diferentes comunidades para que puedan cicatrizar las heridas.En Punjab murieron ayer otras seis personas en la continuación los disturbios iniciados la víspera en señal de protesta por lo ocurrido en Amritsar, mientras en Nueva Delhi, se registraba normalidad. En un aparente intento de rebajar la tensión entre los aproximadamente 800.000 sijs que viven en la capital, la televisión mostró imágenes del Templo Dorado en las que no se apreciaban daños.

Fuentes policiales manifestaron que han aparecido 200 cadáveres más entre los escombros de la parte del complejo religioso sij más dañada por la toma militar del miércoles. También se han encontrado unas 100 personas heridas, con lo que el balance final provisional de la conquista del Templo Dorado supera los 500 muertos y los 300 heridos. En los casi dos años de campaña sij por una mayor autonomía del poder central que precedieron a la intervención militar en Amritsar murieron 700 personas, 300 de ellas en los seis últimos meses.

Los mismos informantes manifestaron que varios inmuebles del complejo religioso habían quedado prácticamente destruidos. El edificio en que se refugió el dirigente radical Jarnail Singh Bhindranwale, cuyo cuerpo fue encontrado acribillado a balazos, sufrió grandes daños.

El presidente indio, el sij Zail Singh, recorrió ayer durante una hora el complejo del Templo Dorado.