Los países más ricos constatan que la estrategia contra la crisis "es la correcta"
, ENVIADA ESPECIALLos máximos responsables de las políticas económicas de los siete países más industrializados del mundo occidental coincidieron ayer en Londres en que la estrategia común puesta en práctica para salir de la crisis "es la correcta" y que la recuperación de la economía mundial ha progresado sensiblemente desde la reunión en la cumbre mantenida hace un año en la localidad estadounidense de Williamsburg.
El documento con el que concluirá esta tarde el cónclave de jefes de Estado o de Gobierno de Estados Unidos, Francia, Reino Unido, República Federal de Alemania, Francia, Italia, Canadá y Japón consistirá, fundamentalmente, en una relación de propósitos encaminados a acelerar la ansiada recuperación y a permitir que los países fuertemente endeudados puedan beneficiarse de ella.
Los siete están de acuerdo, según el borrador de declaración final al que ha tenido acceso este periódico, que la inflación ha de
seguir descendiendo, hay que frenar el paro y encarar con la máxima energía el nivel de las tasas de interés, en el entendido de que si no se avanza en este tema todo lo conseguido hasta ahora se puede venir abajo estrepitosamente. Los reunidos en Londres se felicitan de que la Administración Reagan haya empezado a dar los primeros pasos en la reducción de su impresionante déficit presupuestario.
Los líderes de las principales democracias occidentales, respondiendo parcialmente al grito de socorro de los países latinoamericanos, se mostrarán hoy de acuerdo en la necesidad de crear un marco de actuación a largo plazo "que ofrezca esperanzas tanto a los deudores como a los acreedores"', según advirtió Margaret Thatcher en el discurso con que se inauguraron ayer formalmente las discusiones entre los siete estadistas y el presidente de la CEE, Gaston Thorn.
"Es imprescindible que se mantenga el flujo financiero y de inversiones hacia los países en desarrollo", agregó la primera ministra británica. No obstante, y coincidiendo con la postura de Estados Unidos, "es esencial que las naciones deudoras adopten sin dilación las necesarias medidas de ajuste". A lo que el presidente de Francia, el socialista François Mitterrand, agregó: "También es imprescindible que desciendan las tasas de interés".
Desde marzo, fecha en que los bancos norteamericanos imponían a sus préstamos un 11% de interés, se ha pasado a un 12,5%. Y hay quien asegura, aunque Reagan mantiene impertérrito lo contrario, que antes de que los norteamericanos acudan a las urnas el 6 de noviembre, esta cifra se habrá situado en un alarmante 13%.
Los siete propondrán a los bancos comerciales que renegocien a largo plazo las deudas pendientes y faciliten nuevos préstamos en las mejores condiciones posibles, se comprometerán a seguir idéntica postura en su trato directo con los Gobiernos de los países en desarrollo, y presionarán a los empresarios para que multipliquen sus inversiones en estas naciones.
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