Una belicosa minoría
Los sijs constituyen aproximadamente el 2% de los 700 millones de indios, aunque su influencia es grande en el Ejército (donde ocupan el 20% de los puestos), en el comercio y en la agricultura (Punjab es un fértil Estado al que se considera el granero de la India).El ataque final contra el Templo Dorado culmina dos años de agitación entre los 12 millones de sijs que viven en Punjab, desde donde exigen concesiones políticas y religiosas. La primera ministra, Indira Gandhi, ya cedió ante algunas de sus pretensiones el año pasado, pero ello no fue considerado suficiente.
Los sijs más radicales quieren la extraterritorialidad de la ciudad sagrada de Amritsar, como paso previo a la creación de un Estado independiente, y que algunos preceptos de esta religión fundada en el siglo XVI por el guru Nanak -prohibición de comer carne, de beber alcohol y de fumar- sean obligatorios para todos los habitantes de Punjab, en el que casi la mitad de la población es hindú. La religión de los sijs, mezcla de islamismo y brahmanismo, obliga a llevar un puñal e impide cortarse el cabello.
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