¡Cómo pudo entender eso!
No niego que a veces me he sorprendido al oírme, pero, con sorpresa y todo, en tales ocasiones me inclino ante la evidencia: sí, esas palabras acaban de resonar en mi cavidad bucal. No es este el caso. Al leer el lunes 28 de mayo, en EL PAIS (página 15): "Víctor Viñuales... señalando que uno de los mejores indicadores de salud del Movimiento por la Paz es la condición de rojos reconvertidos de sus dirigentes"; me sorprendí, pero no de mí, sino del periodista.Siendo indulgentes, cabe decir que el párrafo que se me atribuye es confuso, anfibológico. Empero, 101 de cada 100 entienden al leerlo que el movimiento pacifista tiene buena salud porque sus dirigentes son rojos reconvertidos.
En fin, diré brevemente lo que dije en el momento -deducido a tenor de lo publicado en la nota de marras- en el que el periodista de EL PAIS pareció oír algo.
La composición de la mesa que presidía la sesión titulada Perspectivas del movimiento pacifista español era sintomática por dos cosas:
1. Por la mayoritaria presencia de rojos reconvertidos. Estos tienen una proverbial confianza en que la historia camina siempre en la mejor dirección, optimismo que explica el que algunos de ellos no se crean de verdad el peligro de conflagración nuclear -lo cual no es extraordinario, porque es cosa común olvidar lo obvio-, pero esa superficial conexión influye poderosamente en el estilo de las acciones que se proyectan.
2. También constaté la exigua presencia de mujeres en la mesa (una), reflejo de su insuficiente presencia en el movimiento pacifista; ausencia trascendental si se tiene en cuenta que son las personas con más autoridad moral e histórica para encabezar los movimientos por la paz. Ausencia que se explica, por cierto, porque los métodos/estructuras/formas de los movimientos pacifistas no son todavía lo bastante pacíficos.
Escrito lo cual y releído, vuelve mi sorpresa: ¡Cómo pudo entender eso! /
Miembro del Colectivo por la Paz y el Desarme de Zaragoza.
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