Brasil multiplica sus ventas de material bélico, mientras Figueiredo condena la carrera armamentista
Los grandes fabricantes de armas brasileños informaron ayer de que en los cinco primeros meses de 1984, las ventas de armamento brasileño al exterior se han triplicado.El dato contrasta con la condena de la carrera armamentista mundial hecha por el presidente Joáo Figueiredo en China, donde se encuentra en viaje oficial. El presidente defendió asimismo la necesidad de un respaldo efectivo a las gestiones del grupo de Contadora para conseguir la paz en Centroamérica.
Los fabricantes de armas aseguraron que dentro de cinco años, Brasil, que ya es el quinto fabricante de armas en orden de importancia en todo el mundo, exportará por ese capítulo 10.000 millones de dólares (más de 1,5 billones de pesetas). Al mismo tiempo, confirmaron la venta de aviones artillados a Honduras, y el minisitro de Aeronáutica, brigadier Delio Jardím de Mattos, agregó que ventas de ese tipo pueden ser consideradas normales y no significan injerencia brasileña en Centroamérica.
En Brasil las exportaciones de material bélico son consideradas asunto reservado. Es decir, no hay números oficiales, pero los fabricantes acceden a veces a comentar los progresos del sector en el mercado mundial.
Uno de esos fabricantes, José Luis Whitaker, afirma que en 198 el país exportó "alrededor de 2.000 millones de dólares", y agrega que este año las cosas caminan todavía mejor". Asegura que entre enero y mayo de 1984 el país exportó tres veces más que en idéntico período del año pasado, pero no de ningún dato indicativo.
Los grandes compradores son Irak, Libia, Argelia, Arabia Saudí y Kuwait, pero la industria brasileña tiene ahora su mirada puesta en América Central, donde hay jugosas líneas de crédito abiertas por la Administración norteamericana para la compra de armamentos. Brasil exporta pistolas, revólveres bombas, cohetes, fusiles, ametralladoras y subametralladoras, blindados ligeros y aviones, en abierta contradicción con la política exterior oficial.
Sin haber sido invitado, Brasil se apresta a llenar el vacío dejado por los argentinos, que entrenaba a los servicios de inteligencia de Guatemala, El Salvador y Honduras.
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