Un importante sector de AP es partidario incluso de romper la coalición conservadora para cerrar la crisis con los democristianos

La crisis abierta en el seno de la Coalición Popular entre Alianza Popular (AP) y el Partido Demócrata Popular (PDP) a raíz de que el secretario general de este último partido, Julen Gulmón, no pudo intervenir el pasado jueves en el debate parlamentario sobre la función pública, se alargará al menos hasta el lunes, según medios de ambas formaciones.Durante la sesión plenaria del Congreso de los Diputados de ayer, los parlamentarios del subgrupo democristiano continuaron ausentes del hemiciclo, en señal de protesta contra la actitud del portavoz del Grupo Popular, el aliancista Miguel Herrero de Miñón, que impidió el pasado jueves la intervención de Guimón dentro del turno de enmiendas al proyecto de ley de Reforma de la Función Pública.

El lunes se reunirá la comisión ejecutiva de Alianza Popular, reunión en la que aunque no figure en el orden del día oficial, el principal tema a tratar será, sin duda, el último episodio en la historia de discordias dentro de Coalición Popular. Se sabe que existe un importante sector en AP -en el que figuran, al parecer, los vicepresidentes Alfonso Osorio y Miguel Herrero- partidario de "cerrar la crisis" con el PDP, incluso rompiendo la coalición con este partido, "arites de que estalle en el peor momento posible, es decir, poco antes de las elecciones autonómicas gallegas o de las elecciones generales".

Pero una fracción mayoritaria en AP, en la que figuran el secretario general, Jorge Verstryrige -principal blanco actual de los ataques verbales de Alfonso Osorio-, y el propio Manuel Fraga, aboga por el mantenimiento a ultranza de la coalición, tratando de minimizar los incidentes como algo lógico entre aliados, algo que ocurre en todas partes de Europa".

Los dirigentes del PDP, por su lado, afirman sentirse "desconcertados" ante el "nivel de irritación" que parecen mostrar hacia ellos algunos relevantes aliancistas. Según un miembro de la ejecutiva del partido democristiano, Osorio ha llegado a afirmar en privado que "sería bueno que Alzaga y los suyos se fuesen solos a formar un partido, como hicieron Gil-Robles y Ruiz-Giménez en 1977, a ver qué resultados obtienen". Por otra parte, el sector hostil en AP al mantenimiento de la coalición "en estas condiciones" asegura que a raíz de la admisión del partido de Alzaga en la Unión Europea Democristiana, ocurrida hace tres semanas, "se han creado todas las condiciones para que, de modo casi inevitable, sean ellos los que, más o menos tarde, se separen de nosotros".

Las voces oficiales en uno y otro partido no se rnuestran tan tajantes, y tratan de minimizar el alcance que las divergencias.

Sin embargo, las querellas internas se mantienen inalterables, alcanzando cierta virulencia: el jueves, Miguel Herrero amenazó con abandonar sus responsabilidades como portavoz del Grupo Popular si Julen Guirrión intervenía en defensa de sus enmienclas particulares sobre la flinción pública; paralelamente, el portavoz adjunto del grupo, Modesto Fraile, miembro del PDP, insinuó un hipotético pase al Grupo Mixto "si las cosas llegasen a mayores".

Los diputados del subgrupo parlamentario del PDP también se reunirán el lunes, sin óscar Alzaga, para estucliar las repercusiones del último roce parlametnario con AP.