El Pleno del Congreso aprueba tramitar la proposición del Grupo Socialista para derogar el recurso previo
El Pleno del Congreso aprobó ayer tomar en consideración la proposición de ley del Grupo Socialista encaminada a derogar el recurso previo de inconstitucionalidad, mecanismo legal que suspende la entrada en vigor de una ley hasta que dictamine sobre ella el Tribunal Constitucional. La proposición de ley -denominación que se da al texto cuando es presentado por un grupo parlamentario y no por el Gobierno- deberá ahora iniciar el trámite habitual, y pasar por ponencia, comisión y Pleno, sucesivamente, en ambas Cámaras. En el debate de ayer, la polémica entre el portavoz socialista, Javier Sáez de Cosculluela, y el representante de Minoría Catalana Josep María Trias de Bes alcanzó tonos de auténtica irritación, en los que la sombra del asunto de la Banca Catalana flotó en el ambiente. El Pleno terminó ayer, por otro lado, la discusión sobre la ley de la Función Pública.
Los conservadores, las minorías catalana y vasca y los centristas se opusieron a la supresión del recurso previo de inconstitucionalidad, que en la ley reguladora del Tribunal Constitucional se introdujo para proyectos de estatutos de autonomía y leyes orgánicas.La votación, como es habitual dio un resultado anómalo porque con 26 miembros del Grupo Popular, 3 centristas, 3 de Minoría Catalana y 3 del Grupo Vasco, en el hemiciclo el marcador señaló 44 votos en contra y 111 abstencioiles. Los votos a favor fueron 166, y 221 los parlamentarios contabilizados como presentes.
Para el portavoz socialista, la derogación del recurso previo supone devolver a las cámaras su plena capacidad decisoria, y argumentó que lo sustancial, en democracia, es defender el derecho de la mayoría, mientras que el recurso previo permite a las minorías detener el proceso de una ley al acudir al Tribunal Constitucional. Los socialistas argumentan que el Tribunal Constitucional no debe ser una tercera Cámara, y, por tanto, colegislador. La proposición de ley, explicó el portavoz socialista deja vivo el recurso ordinario, que se podrá seguir utilizando.
José María Ruiz Gallardón, del Grupo Popular, no compartió, por razones doctrinales y políticas, la postura socialista. El recurso previo es, para los conservadores, una garantía, porque permite suspender la entrada en vigor de una ley que, de ser aplicada inmediata mente, puede haber producido daños irreparables cuando ya el Tribunal Constitucional haya dictado sentencia. Puso cómo ejemplo el aborto, y amplió más las posibilidades del daño irreparable al presuponer que, en un caso excepcional, pudiera ser temporalmente aceptada la pena de muerte.
Marcos Vizcaya, de Minoría Vasca, reconoció que su grupo estuvo en contra del recurso previo, pero añadió que el tiempo ha demostrado que es válido. La utilización por cinco veces del recurso previo no le parece un empleo abusivo.
Tensión
El representante de Minoría Catalana Trias de Bes confesó que su grupo sigue estando jurídicamente en contra del recurso previo, pero no considera oportuno suprimirlo porque ahora lo que se pretende es eliminar un supuesto que pueden utilizar las minorías para controlar a la mayoría. Antes de formular acusaciones contundentes, recurrió a las metáforas deportivas y dijo que los socialistas querían cambiar las reglas de juego a mitad del partido. A Trias de Bes no le parece de recibo que a mitad del partido se elimine el fuera de juego.
A partir de ese instante, el debate entró en la máxima tensión.
Trias de Bes afirmó que los socialistas no pudieron modificar la composición del alto tribunal y ahora pretenden suprimir los recursos que las minorías pueden utilizar. "Defenderemos los principios de juridicidad", dijo, y una voz, desde los escaños socialistas, soltó: "Banca CataIana". Trias de Bes pronunció esta frase: "Una vez conocidos los socialistas en el poder, cualquier garantía nos parece poca".
Sáez de Cosculluela tomó de nuevo la palabra para decir que "Trias habla de supuestos pactos de legislatura. Si alguna vez tenemos que llegar a pactos con ustedes, pediré que esté delante mi abogado, porque si no, no pacto con ustedes". Los socialistas le tocaron las palmas y remachó alegando que sería un disparate que una minoría pudiera congelar, al final de una legislatura, la tramitación de varias leyes orgánicas que quedarían para el Gobierno siguiente.
Trias volvió a la carga para afirmar que comprendía que el portavoz socialista se irritara, pero no que pronunciase insinuaciones barriobajeras. "Acabaremos por hacer creer al pais", sentenció, "que todo ciudadano no socialista es sospechoso".
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