Nacido para presidente
Richard von Weizsaecker es delgado y de aspecto señorial, aristocrático -tiene el título de barón-, con el cabello blanco; parece estar por encima del bien y del mal; democristiano al que se califica de liberal-conservador; un protestante nacido para presidente.El recién elegido presidente de la RFA tiene 64 años y procede de una familia aristocrática de prestigio en el mundo intelectual y político. Su padre era un diplomático de carrera que sucumbió ante el nacionialsocialismo y llegó a ocupar 21 cargo de secretario de Estado en 31 Ministerio de Asuntos Exteriores del III Reich. En el proceso de Nuremberg fue condenado a siete años de cárcel, de los que cumplió los. El nuevo presidente de la RFA, recién graduado entonces en Derecho, actuó como asistente en la defensa de su padre.
Weizsaecker concluyó la guerra mundial como capitán, pero hay testigos fiables que dan fe de su aversión hacia Hitler.
Hay indicios de que mantenía conexiones con el grupo de oficiales que realizó el atentado contra Hitler el 20 de julio de 1944.
Tras la guerra ocupó puestos en a industria privada, en el consorcio del acero Mannesmann y la empresa farmacéutica Boehringer.
En su larga marcha hacia la presidencia sufrió dos derrotas. La primera, interna, dentro de las filas democristianas (CDU), cuando el partido prefirió presentar a Gerhard Schroeder, en 1969. Cinco años más tarde, el 15 de mayo de 1974, Weizsaecker fue el candidato democristiano, y obtuvo 498 votos en la Asamblea Federal, pero el vencedor fue el liberal Walter Scheel, apoyado por socialdemócratas (SPD) y liberales (FDP).
El actual canciller de la RFA, Helmut Kohl, le abrió el camino de la política en Bonn, al ofrecerle un puesto seguro en la lista democristiana de Renania-Palatinado. Weizsaecker fue el primer democristiano que gobernó en Berlín Oeste, tradicionalmente un feudo socialdemócrata.
Contra la voluntad de Kohl y del ministro de Exteriores, Genscher, Weizsaecker impuso su candidatura a la presidencia y abandonó la alcaldía de Berlín.
Su mujer dice que el nuevo presidente tiene debilidad por el chocolate y la música. A veces, en la ópera, tararea las arias por lo bajo. En una ocasión dijo que el Fidelio, de Beethoven, le hace llorar.
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