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JORNADA DE MOVILIZACIONES PACIFISTAS EN ESPAÑA

100.000 personas se manifiestan en Barcelona por la paz y reclaman el referéndum sobre la OTAN

La cadena humana por la paz convocada ayer en Barcelona por organizaciones pacifistas de base desbordó ampliamente las previsiones más optimistas de los organizadores y se convirtió en una multitudinaria manifestación, que constituye el primer gran éxito organizativo del movimiento pacifista en Cataluña. Unas 100.000 personas participaron de una u otra forma en la cadena humana, según los organizadores (60.000 según la Guerdia Urbana) que cinco minutos después de constituirse en zigzag a lo largo de todo el recorrido para dar cabida a todos los participantes, se había convertido ya en uña densa riada de gente que fue bajando hacia la avenida de la Catedral, donde se pidió al Gobierno un "referéndum claro y sin trampas para la salida de España de la OTAN".

La euforia de organizadores y participantes imprimió a la marcha tal ritmo que a las 12.40 ya se retiraban los primeros grupos de manifestantes, especialmente las personas de edad avanzada o con niños pequeños, huyendo de la gran aglomeración que se iniciaba, sin esperar a la lectura del manifiesto, prevista para las 13.30.Los participantes más madrugadores llegaron puntuales, a las 10.00 de la mañana, a los 10 puntos de concentración previstos a lo largo del recorrido de la cadena, pero la afluencia inicial no hacía suponer una participación tan multitudinaria. Veinte personas se encargaban de la organización de la cadena en cada uno de los 10 puntos, bajo la dirección de un responsable que estaba en permanente comunicación con el resto de unidades móviles. Una comisión central de organización transmitía a través de la emisora Radio Avui las directrices a seguir. Por esta emisora se emitían también entrevistas con intelectuales y parlamentarios que participaban en la cadena humana.

Especial significación tuvieron las palabras que transmitió la citada emisora del abad de Montserrat, Dom Cassià María Just. Hizo un llamamiento para que "en estos momentos de peligro de holocausto colectivo", todas las personas amantes de la paz "unan sus esfuerzos para luchar por ella".

Fue a partir de las 11.00 de la mañana cuando la afluencia de gente en las calles por donde debía pasar la cadena comenzó a dibujar lo que se convertiría en la mayor concentración pacifista celebrada en Cataluña. Los organizadores habían calculado que se precisaban unas 20.000 personas para cubrir todo el recorrido, pero en la mayoría de sus tramos, podían organizarse cinco o seis cadenas paralelas, cuando todavía faltaba más de media hora para iniciar la marcha. A partir de ese momento, los organizadores se vieron desbordados, a pesar de lo cual no se registró ningún incidente.

A las 12.00 en punto sonaron los cohetes que indicaban el inicio de la cadena. Se formó entonces una apretada hilera de personas que avanzó dificultosamente y en zigzag hasta que a las 12.15 sonaron de nuevo los cohetes que indicaban la ruptura de la cadena y el inicio de la marcha hacia la avenida de la Catedral. La euforia de saberse muchos más de los inicialmente previsto hizo que los manifestantes abandonaran las aceras y ocuparan las calzadas en cuanto sonaron los primeros cohetes. La acción, que interrumpió el tráfico, provocó algunas reacciones de mal humor entre los conductores, pero la rapidez con que los manifestantes recorrieron el itinerario hasta la catedral y la acertada actuación de la Guardia Urbana de Barcelona contribuyeron a que los transtornos de circulación se resolvieran pronto y sin incidentes.

Pitos y gritos

La sensibilidad y buen hacer de que hizo gala la Guardia Urbana estuvo ausente en algunas unidades de la Policía Nacional instaladas en la plaza de Catalunya y el paseo de Gràcia, empeñadas en constreñir a los manifestantes al reducido espacio de las aceras, cuando era evidente que éstas estaban desbordadas. La tensión entre los policías y grupos de jóvenes manifestantes no se tradujeron finalmente en incidentes. Lo que ante las sedes de los consulados de los países miembros de la OTAN eran pitos y gritos pacifistas, se convertían en aplausos cuando los manifestantes pasaban ante el consulado de Cuba, situado en el paseo de Gràcia, desde cuyos balcones aplaudían a la marcha los miembros de su cuerpo diplomático.

Este gesto, sin embargo, se circunscribía exclusivamente a la representación cubana, ante la que se gritaron frases como "los pequeños venceremos", pues tanto las canciones y eslóganes como las pancartas atacaban de igual modo a la OTAN y al Pacto de Varsovia. El grito de "no a los bloques" era uno de los más coreados. Los propios organizadores habían querido resaltar el carácter antibloques de la manifestación. El hecho de que terminara frente al consulado de EE UU obedecía a la voluntad de demostrar la oposición a que España permanezca en esta organización. Como en Barcelona no existe consulado de la URSS, se decidió que la cadena pasara por las calles Varsovia y Praga, como símbolo de rechazo también hacia el Pacto de Varsovia.

El acto final, que reunió a cerca de 60.000 personas frente al consulado de EE UU, se cerré con la lectura del manifiesto unitario que reclama "la disolución de los bloques militares, el desarrollo de una política de neutralidad activa y solidaria con los pueblos de Europa y del resto del mundo contra la instalación de los euromisiles". "Hoy, aquí, esto supone la exigencia de que el Gobierno del PSOE convoque, inmediatamente un referéndum claro y sin trampas para la salida de la OTAN y el desmantelamiento de las bases y demás instalaciones norteamericanas en nuestro territorio", concluye el manifiesto. Antes de la lectura del manifiesto, un ciudadano norteamericano, integrante de la Brigada Lincoln que participó en la guerra civil española, hizo una breve alucución para señalar que "la mayor parte del pueblo de Estados Unidos está a favor de la paz y suscribe los objetivos de este acto".

A las 13. 30 comenzó el desfile hacia el parque de la Ciudadela, donde grupos de jóvenes organizaron comidas campestres, recitales y representaciones teatrales.

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