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Los socialdemócratas de la RFA despiden sin excesivo calor al ex canciller Schmidt

Con aplausos, pero sin ovaciones, los 400 delegados del congreso socialdemócrata (SPD) que comenzó el jueves en Essen (República Federal de Alemania) despidieron al ex canciller Helmut Schmidt, que no se presentará a la reelección para el puesto de vicepresidente y pronunció su último discurso ante un congreso del SPD.Cinco días durará el congreso del SPD, que en esta ocasión se celebra en el centro de la cuenca industrial y minera del Ruhr, uno de los baluartes de la socialdemocracia alemana, donde el SPD todavía gobierna con mayoría absoluta, contra la corriente general de una RFA donde a escala federal el Gobierno pasó a la derecha, con la caída de Schmidt en octubre de 1982 y el triunfo de Helmut Kohl en las elecciones de marzo de 1983.

La crisis de la amnistía para los presuntos delitos fiscales, que todavía colea y divide a la coalición de centro-derecha (CDU/CSUFDP), ha dado ánimos al SPD. Más por los errores del contrario -escándalo Flick, el caso Kiessling y el intento de amnistía- que por la oposición eficaz, el SPD acude a su congreso con la moral más levantada.

El ex canciller Schmidt abrió el congreso con lo que dijo será su último discurso ante un auditorio semejante. Nunca fue el ex canciller una persona amada por el partido, aunque se reconoce su talento político. Esto se expresó en el aplauso con que se acogieron sus palabras, sin llegar al entusiasmo que despertaba el viejo timonel Herbert Wehner o el presidente Willy Brandt, que se presenta a la reelección, y cumple ahora 20 años al frente del SPD, como único superviviente de la troika Brandt-Schmidt-Wehner.

La vuelta al Gobierno

Schmidt aprovechó, la ocasión para decir que "el camino de retorno del SPD hacia la responsabilidad de gobierno se ha iniciado ya". Un político pragmático y sin lastre ideológico como Schmidt advirtió en su discurso contra el peligro del sectarismo y las luchas de fe" dentro de la socialdemocracia.Schmidt pone el dedo en la llaga de un SPD en busca de una nueva identidad en la oposición. El ex canciller trata con sus palabras de evitar que el partido caiga en una línea más radical, que, en su opinión, le impediría recuperar el poder en Bonn. Desde la pérdida del Gobierno, el SPD ha radicalizado algunas de sus posiciones, como se advirtió en la masiva oposición al estacionamiento de los euromisiles en el congreso del pasado noviembre en Colonia, cuando Schmidt se quedó prácticamente solo.

A Schmidt le sucederá en la vicepresidencia el actual jefe del grupo parlamentario del SPD y candidato a la cancillería, Hans-Jochen Vogel.

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