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Don Juan Carlos se despide de Leningrado con elogios a la ciudad y a Pedro I El Grande

El rey Juan Carlos I cerró ayer su visita de seis días a la Unión Soviética admirando la belleza del antiguo Leningrado. En un brindis leído en la cena que le ofreció el presidente del soviet de la ciudad (alcalde), don Juan Carlos afirmó que ha comprobado que la fama de la ciudad es "inferior a la realidad" y elogió al zar Pedro I, El Grande.

ENVIADO ESPECIAL,

La cita del Rey español no era nada subversiva: de Stalin para acá, el nombre de Pedro I, el zar que trató de abrir para Rusia caminos en los mares, ha sido puesto en su lugar. En los dos folios del brindis de don Juan Carlos se hacían elogios a las viejas bellezas de la ciudad de los escritores Pushkin y Dostoievski, y sólo se hablaba de, su pasado reciente al subrayar las "páginas de heroicidad" que Leningrado ha conocido, en referencia indirecta al millón de personas que fallecieron durante los 900 días de asedio nazi. La última jornada de los Reyes en la URSS se abrió con una ofrenda floral que don Juan Carlos hizo en el monumento dedicado a los defensores de Lenin grado. Ésta era la cuarta ofrenda que el Rey hacía en los seis días que ha durado su visita oficial a la Unión Soviética. Fuentes diplomáticas españolas explican tan alto número de actos fúnebres con el argumento de que las costumbres establecidas con otros viajes de jefes de Estado a la Unión Soviética obligaban a ello. El hecho de que Leningrado -la ciudad que más padeció durante la segunda guerra mundial- fuese la última escala del viaje hacía más obligadas aún estas ofrendas. Después, ya acompañado de la Reina, don Juan Carlos viajó hasta la ciudad de Pushkin, creada por Pedro I en 1710 como regalo a su esposa, la emperatriz Catalina, situada a unos 25 kilómetros de Leningrado. El lugar recibió en vísperas de la segunda guerra mundial el nombre del poeta nacional ruso Alexandr Pushkin, que vivió y estudió allí.

Durante el viaje de los Reyes a Uningrado -como se hizo ya en sus anteriores etapas en Moscú, Tashkent y Samarkanda- se ha evitado cuidadosamente la visita a lugares directamente relacionados con la Revolución de Octubre, de los que hay muchos en esta ciudad, lugar de la victoria de los bolcheviques. En cambio, sí han recorrido lugares clave de la historia de la vieja Rusia, que hace tiempo que fueron completamente asimilados como propios de su pasado por los reescribidores de la historia oficial de la URSS.

Hoy a las diez de la máñana, (ocho de la mañana, hora de Madrid), los Reyes abandonarán Leningrado para regresar a España. Se acaban así seis días de apretado programa, en el que los Reyes han recorrido unos 8.000 kilómetros dentro de¡ país más grande del mundo. Los medios de comunicación soviéticos han seguido la visita de los Reyes sin salirse de las normas que respetan siempre durante este tipo de viajes de personalidades extranjeras, tratando la histórica visita con respeto, pero sin salirse de sus rígidos esquemas.

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