El vértigo del Unicaja desmonta al Joventut

Medio tiempo le aguantó el Joventut al Unicaja, el tiempo que tardó el conjunto de Ibon Navarro de imponer ese juego a mil revoluciones que vuelve loco a cualquier rival. La Penya resistió de pie hasta que no supo por dónde le venían los golpes y los malagueños, comandados en la dirección por Perry (12 puntos y nueve asistencias) y en la demolición por Osetkowski (18 puntos y siete rebotes), atraparon las semifinales. Y de postre dejaron el récord de asistencias en un duelo copero: 28.

El plan de Ibon Navarro pasaba por correr desde el primer aliento, y a eso se encomendaron sus muchachos. A Perry le gusta cocinar con paciencia fuera de la pista, esmerarse en las recetas, improvisar, pero con el balón en las manos su juego es comida rápida. El tipo va directo al grano. Al ritmo del base, el conjunto andaluz pegó el primer acelerón en un inicio de encuentro de reconocimiento. Le costaba encontrar rendijas al Joventut para armar el brazo, poco productivo para engordar la cesta de puntos: 12-5 pasados los cinco minutos. Ibon Navarro cambió a su dúo de jugadores interiores (Osetkowski y Sima se marcharon por Tillie y Kravish) y Daniel Miret respondió con la entrada del eterno Tomic (el próximo lunes cumple 38 años). Tillie acertó con el primer triple de los verdes al sexto intento colectivo, suerte en la que tampoco la Penya tiraba cohetes. Hanga y Vives refrescaron piernas en los hombres que esta vez vestían de rosa para evitar un demarraje malagueño. El Unicaja también presentaba munición diversa y la gasolina de Alberto Díaz, Taylor y Carter permitía conservar la renta (21-16 al final del primer cuarto).

Pasaron casi dos minutos hasta echarse la siguiente canasta a la boca, un triple de Robertson para apretar la cita. En el Unicaja emergió Tyson Pérez en sus primeros segundos en cancha con un tapón al larguísimo Pustovyi (21,8m) y un par de aventuras bajo el aro verdinegro. El ritmo soñoliento en el que había entrado el partido lo rompió de repente el Joventut con cinco triples seguidos entre Robertson, Dotson y Dekker. Adiós a las cadenas, a correr y tirar (32-32). Ibon Navarro recuperó a Perry para anotar y pasar y el choque ganó en atractivo para jolgorio de la hinchada en el Gran Canaria Arena. La Penya movía el balón con más alegría y Tomic demostraba frente a Sima que aún le quedan kilómetros. Faltaba el despertar de Osetkowski para cerrar un primer tiempo de dominio alterno (42-42).

Toda la carne en el asador. Los dos equipos sabían que ya no podían guardarse nada en los bolsillos o el partido giraría en dirección contraria. Hubo más ímpetu en el regreso del vestuario en el Unicaja y un parcial de 7-0 les devolvió el mando. Dekker terminó con dos minutos y medio de sequía del Joventut, pero a su alrededor faltaban más piezas sumadas a la causa ofensiva. Y Osetkowski había aterrizado definitivamente en la cancha después de hacerse el remolón, como si estuviera reservándose para combates más exigentes. Conectado por Perry, el ala-pívot agarró el volante y metió la quinta marcha, difícil de detener por su movilidad (56-47). Hace dos temporadas, el estadounidense prometió que si el conjunto de Málaga ganaba la Copa que acogía Badalona pagaría una fiesta para toda la marea verde. El Unicaja venció en la final al Tenerife y Osetkowski cumplió con su palabra. Comida y bebida para todos. Esta vez no ha soltado tal atrevimiento.

El Unicaja jugaba a otra velocidad. Cuando apretaba en defensa y enfilaba el aro, el Joventut cedía mucho terreno, incapaz de frenar al bólido. Así entró en el último cuarto (73-61) después de encajar 31 puntos en el tercero. Otro 7-0 en contra le empinó demasiado el camino, sobre todo porque el grupo de Ibon Navarro había conectado a todas sus piezas y todos corrían a toda mecha (84-67). Después de un tramo de careo, el encuentro dejó ver la diferencia que hoy existe entre los dos conjuntos. El Unicaja abrazó el balón (solo tres pérdidas en el partido por 12 el rival) y demostró por qué ha coleccionado cuatro títulos en los dos últimos cursos (Copa, Liga de Campeones FIBA, Intercontinental y Supercopa de España) con un bloque de jugadores y un estilo que ha mantenido. El Joventut plantó cara hasta donde pudo.