El SWAPO y el Gobierno de África del Sur empiezan a negociar sobre el futuro de Namibia
Representantes del Gobierno de África del Sur y de la Organización Popular del África del Suroeste (SWAPO) iniciaron ayer en Lusaka (Zambia) unas conversaciones que pueden ser decisivas para el futuro de Namibia, el territorio africano que ocupa ilegalmente Pretoria desde hace más de 20 años.La reunión de ayer fue precedida por una recepción que ofreció el presidente de Zambia, Kenneth Kaunda, y en la que el líder del SWAPO, Sam Nujoma, intercambió, por primera vez en la historia, un apretón de manos con el administrador general de Namibia, Willie van Niekerk. Observadores políticos estiman que Nujoma se ha visto obligado a acudir a la mesa de negociaciones tras el acuerdo de alto el fuego entre África del Sur y Angola, que dificulta sus movimientos en la frontera. Pretoria, por su parte, ha ido construyendo cuidadosamente un plan para asegurarse mejores relaciones con los países vecinos y para lograr fundamentalmente que nadie preste apoyo al movimiento de liberación de la mayoría negra surafricana (ANC).
Resolución 435 de la ONU
Las conversaciones de Lusaka pueden prolongarse durante varios días. Además del SWAPO, están también invitados representantes de otros grupos del interior de Namibia, pero el éxito o fracaso de las negociaciones dependerá exclusivamente de los acuerdos a los que se pueda llegar con Nujoma. El líder del SWAPO exige el cumplimiento inmediato de la resolución 435 de las Naciones Unidas, que pide a África del Sur que organice elecciones libres en Namibia y que le conceda la independencia. El Gobierno de Pretoria, con el apoyo de EE UU, mantiene que no puede retirarse de ese territorio mientras que sigan en Angola los 25.000 soldados cubanos que apoyan al régimen marxista del Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA). Sin embargo, el hecho de que África del Sur haya aceptado discutir directamente con el SWAPO, organización que siempre ha calificado de terrorista, supone ya un importante paso.
El futuro de Namibia está íntimamente ligado a la situación en todo el Cono Sur africano. Estados Unidos ha desarrollado en el último año una intensa labor diplomática, encaminada a lograr la reducción de la influencia soviética in la zona. Washington ha cosechado triunfos importantes, como el alto el fuego con Angola o el tratado de no agresión entre Mozambique y África del Sur, suscrito hace menos de dos meses bajo sus auspicios. Las líneas maestras de la política norteamericana parecen ser estabilizar al régimen surafricano, único del mundo en el que el racismo es legal.
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