Controversia en torno al encargo a un especialista norteamericano para restaurar 'Las Meninas'

El encargo hecho por el director del Museo del Prado al especialista norteamericano John Brealey, para que dirija los trabajos de restauración y limpieza de Las Meninas, de Velázquez (véase EL PAÍS de ayer), ha levantado duras críticas entre técnicos del Instituto de Conservación y Restauración, quienes consideran que debe ser una comisión internacional la que dictamine quién debe encargarse de ese importante trabajo. Sin embargo, el director de este organismo, Ignacio Gárate, se manifiesta de acuerdo con la decisión adoptada por el director del Prado.

La opinión de los técnicos del Instituto de Conservación y Restauración, organismo dependiente de la Dirección General de Bellas Artes del Ministerio de Cultura, está suscrita por 22 de sus 35 miembros. En un escrito enviado a este periódico, se manifiestan indignados por lo que consideran una "decisión unilateral y arbitraria" de Alfonso Pérez Sánchez. Los quince restauradores del Museo del Prado celebraron ayer por la mañana una reunión para estudiar el tema, sin que, al final, llegaran a ninguna clase de acuerdo."Igualmente", dicen los técnicos del Instituto, "queremos manifestar nuestra extrañeza (con mayor motivo si sucede que Pérez Sánchez considera que en nuestro país no existe ningún profesional capaz de llevar a término satisfactoriamente su cometido) de que no se haya formado una comisión internacional integrada por todos aquellos especialistas más destacados en el campo de la conservación y restauración de pintura que pudieran determinar el criterio a seguir en la intervención, así como la designación del equipo que, a su juicio, reuniera las máximas garantías para llevarlo a cabo".

Por su parte, la dirección del Prado difundió ayer un comunica do en el que explica que la decisión de restaurar Las Meninas es "con secuencia de las conversaciones mantenidas con ocasión del Simposio Internacional sobre Las hilanderas y las pinturas negras, celebrado en el Museo del Prado el pasado mes de noviembre". La conservación de Las Meninas -se dice en esta segunda nota- es excelente, pero su superficie se halla cubierta de suciedad que ha modificado muy seriamente su aspecto. "Los testimonios literarios y el recuerdo visual de quienes conocieron el lienzo hace cincuenta años son tajantes respecto a la modificación del color".

La dirección del Prado añade que la decisión de proceder a la limpieza del lienzo se hace con el conocimiento y aprobación del patronato del museo, y añade que este trabajo se realizará, en "estrecho contacto con el taller", por el profesor John Brealey, director del gabinete de restauración del Metropolitan Museum de Nueva York, "personalidad del máximo prestigio profesional y miembro del comité de seguimiento que se estableció en el simposio dedicado a Las hilanderas". No se explica, sin embargo, el coste que supondrá este trabajo, ni su duración. Tampoco se hace referencia a los criterios de selección del especialista.

Respecto a estas tensiones, los técnicos del Instituto indican que el origen está en la constante exclusión a que se ven sometidos los profesionales de la restauración, incluso de organismos como el Patronato del Prado, que parece dictaminar en materia de conservación sin contar con un solo técnico de esta especialidad".

Los técnicos del instituto concluyen calificando de "insólito el hecho de que no se puedan explicar públicamente las circunstancias económicas y privadas de este asunto". En las declaraciones de Pérez Sánchez referentes al coste de las trabajos, éste aseguraba que no costaría "ni una sola peseta", por "circunstancias privadas".

Para el director del Instituto de Restauración, Ignacio Gárate, la protesta de los restauradores es "un tanto chovinista". "Pienso que no hay que caer en el error de nacionalizar un tema de esta clase. A las obras de arte les ocurre lo mismo que a las personas: tienen enfermedades. Y en ese caso hay que recurrir al mejor especialista. Tanto si está en Nueva York como si se encuentra en España".