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La residencia de Amín Gemayel, escenario de la primera reunión del nuevo Gobierno libanés

Los 10 miembros del Gobierno libanés de Rachid Karame, con excepción del griego ortodoxo Abdallah Rasi, ministro del Interior, celebraron ayer su primera sesión de trabajo en la residencia de verano del presidente Amín Gemayel en Bifkaya, situada en zona cristiana, a unos 15 kilómetros de Beirut.La reunión contó con la presencia de líder druso Walid Jumblat y el líder chiita Nabih Berri, que en un primer momento se habían negado a asistir por considerar que el palacio presidencial, situado en el barrio cristino de Baabda, no reunía las suficientes garantías de seguridad. Por esta razón Jumblat propuso que la reunión se edlebrara en uno de los barcos franceses o norteamericanos anclados en las proximidades de Beirut.

Antes de que comenzara la reunión, que se celebró a puerta cerrada, Gemayel pronunció un breve discurso en el que pidió que se enterrara el pasado y comenzara el proceso de pacificación y reconstrucción nacional.

El Consejo de Ministros se convócó después de que Berri rectificara su negativa a participar en el nuevo Gobierno, constituido el pasado día 30, tras la decisión de Karame de asignarle, además de las carteras de Justicia y Recursos Hidráulicos y Eléctricos, el cargo de ministro de Estado para asuntos del sur de Líbano y la reconstrucción de los barrios chiitas del sur de Beirut.

La no asistencia de Rasi a la reunión se debe a la oposición a su nombramiento del líder maronita prosirio y ex presidente de Líbano, Suleiman Franjieh, al que representa en el Gobierno, por no ser maronita.

Tranjieh considera que con el nombramiento de Rasi la representación maronita en el nuevo Gobierno queda en manos exclusivamente de los dirigentes del derechista Frente Libanés, el líder falangista Pierre Gemayel, padre del actual presidente libanés, y el jefe del Partido Nacional Liberal, Camille Chamun, a los que acusa de ser "agentes israelíes".

Franjieh declaró el pasado martes a Gemayel que no quiere ser un elemento de discordia en el nuevo Gobierno y que tomará su tiempo para negociar quién puede ser su representante.

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Por otra parte, un comando de Jihad Islámica (Guerra Santa) se declaró ayer responsable del secuestro de un cura presbiteriano norteamericano, Ben Weir, efectuado el pasado martes en Beirut oeste, y afirmó tener en su poder a un diplomático y a un corresponsal de televisión de la misma nacionalidad recientemente desaparecidos.

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