Judíos y sefardíes
En EL PAIS del 2 de mayo se publica la crónica de una semana de estudios dedicada a debatir (cito) "las raíces judías de Tudela", que con participación de especialistas de España y de un profesor invitado de Jerusalén se ha desarrollado en dicha ciudad navarra durante la semana pasada.Los organizadores han tenido la infeliz ocurrencia de titular la semana no "de estudios judíos" o de algún otro modo igualmente unívoco, sino "de estudios sefardíes". Ciertamente Sefarad es el nombre dado a España en la lengua hebrea y en la tradición judía, de modo que no es infrecuente que por extensión se denomine sefardí al judaísmo hispano medieval, en contraposición al judaísmo askenazí, de tradición franco-germano-eslava y a las distintas ramas del judaísmo oriental. Pero en español de España -insisto porque no siempre es así en el de judíos hispanófonos del extranjero mundo-, sefardí se refiere no al judío medieval español, sino al judío oriundo de España, a aquellos que en tiempos renacentistas sufrieron la expulsión de la Península y a sus descendientes dispersos por la cuenca mediterránea y por el resto del mundo conocido que durante largos siglos han tenido como medio de comunicación y de creación literaria (no sólo de transmisión) una lengua que en sus orígenes entronca con el español de entonces.
Llamemos a las cosas por su nombre y quizá así podamos llegar (¿empezar?) a entendernos. Llámese sin tapujos judío a lo que es realmente judío; israelí, a lo perteneciente o relativo al Estado de Israel, y sefardí, a lo relacionado con los descendientes de los judíos expulsados de la Península. Denomi-
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Judíos y sefardíes
Viene de la página 11nar abusivamente sefardí al judaísmo medieval español es impropio en nuestra lengua; pretender buscar en sefardí un sinónimo neutro, un equivalente de judío o de israelí desprovisto de connotaciones, más que una ingenuidad es una bobería, como lo sería, por ejemplo, que a esa "semana de estudios árabes" que, según su corresponsal, prepara para el año próximo el municipio de Tudela decidieran llamarla "Semana de estudios... moriscos".
Una más entre las tantísimas impropiedades terminológicas que a diario mancillan el lenguaje de los medios de comunicación podrá parecer trivial a más de uno de sus lectores. Permítame que le explique que no se lo parece así a quien en el CSIC ha dedicado su vida profesional a los estudios sefardíes, una disciplina -entre otras que se ocupan de diversos aspectos del judaísmo hispano- a la que sólo un lejano parentesco une con la interesante semana organizada en honor de tres muy ilustres -y muy medievales- judíos de Tudela. / .
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