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El servicio de los sacerdotes casados

España sufre actualmente una grave crisis de vocaciones sacerdotales, señala el autor de este trabajo, ya que se ha secularizado un 20% del clero en los últimos 15 años y ha fallecido otro tanto. La edad media del clero es de 50 años y los seminarios, que contenían entonces 9.000 seminaristas, hoy albergan apenas a 1.500. Diáconos casados están siendo utilizados para misiones concretas, dada la falta de sacerdotes, por lo que el autor sugiere que se podrían utilizar además los servicios de sacerdotes secularizados, también casados, pero que no han perdido el amor a su vocación.

En España existen alrededor de 8.000 sacerdotes que un día opta ron por colgar la sotana. Unos, la mayoría, dentro de la más estricta legalidad eclesiástica; otros, ante la negativa de Roma de conceder dispensas, han abandonado el ministerio bajo la responsabilidad de su propia conciencia.Nuestro país ha sufrido en estos últimos 15 años el fenómeno de una disminución drástica de sacerdotes: alrededor de un 20%, secularizados; otro 20%, fallecidos. Junto a esto, una merma aparatosa de nuevas vocaciones: 9.000 seminaristas llenaban hace 10 años los seminarios españoles; hoy apenas 1.500. La edad media del clero en nuestra patria es de 50 años poco más o menos. Edad excesivamente alta, ya que tan sólo el 20%. de los sacerdotes es menor de 40 años.

El sacerdocio es uno de los pocos sectores profesionales donde no es preciso guardar cola para encontrar un puesto de trabajo. Todo lo contrario: en algunas diócesis, los obispos están supliendo la carencia de sacerdotes con diáconos casados. ¿Y qué funciones tienen estos señores? Algo así como las de un monaguillo de primera o un sacristán mayor. No pueden decir misa ni confesar. Suplen al párroco en algunos ministerios, como entierros, comuniones y, tal vez, bodas. Dejan descansar un poco al cura de almas.

El nuevo arzobispo de Madrid da la voz de alarma: hoy todavía existen sacerdotes, aunque los más son de edad avanzada. Si no se soluciona el problema en los próximos 10 años, las consecuencias pueden ser gravísimas.

Desean las jerarquías de la Iglesia que no quede el rebaño sin pastores. Llevan años empeñados en abrir las espitas vocacionales, mas no logran su propósito. Ni la promesa colectiva de centenares de clérigos junto a sus obispos en la mañana del Jueves Santo ni los planes diocesanos de pastoral vocacional consiguen apenas mover la voluntad de jóvenes que ingresen en el seminario.

Al parecer, una de las Causas que han motivado a Juan Pablo II a conceder escasísimas dispensas a los clérigos para contraer matrimonio ha sido el temor a quedarse con un ejército sacerdotal empobrecido y envejecido. Dicen que Pablo VI se lamentaba hondamente de haber abierto tanto la mano: habían dejado las filas clericales muchos y, con frecuencia, de los mejores.

Mientras tanto, varios miles de sacerdotes que en su día contrajeron matrimonio se ofrecen a la Iglesia para desempeñar el ministerio oficial. Son los pastores sin rebaño.

Alrededor del 23% del clero que salió, según estadísticas fidedignas, estaría dispuesto a reintegrarse en el sacerdocio si lo pidieran los obispos, y, por supuesto, sin renunciar a la vida conyugal. Incluso grupos representativos de ex clérigos se han ofrecido en repetidas ocasiones, y lo han hecho con total desinterés económico, ya que no necesitaban para subsistir ningún tipo de estipendio por el ejercicio ministerial.

A los reiterados ofrecimientos de estos pastores sin rebaño responden los prelados con el silencio o con la frase: "No está en nuestras manos otorgarlo". ¿Se pueden despreciar olímpicamente 2.000 vocaciones reales mientras se lanzan campañas para reclutar algunos posibles centenares?

Ley del celibato

Eso sí, todos reconocen que la ley del celibato (uno de los principales obstáculos, hoy por hoy, para ingresar en los seminarios) es meramente eclesiástica y, por consiguiente, revisable.

Es una pena que la Iglesia no admita sacerdotes casados, siendo así que los está necesitando. Entre el 60% y el 90% de los fieles (según edades) desea la existencia de estos sacerdotes. Y el honor de Dios exige, a mi parecer, que no haya comunidad sin su pastor.

Creemos que hoy es posible todavía solucionar el problema de la escasez de curas. Por supuesto que los pastores sin rebaño y los hijos de éstos serían un buen plantel. Dentro de unos años nuestras voces se irán apagando, y también la fe de muchas familias irá a menos a causa de los pocos sacerdotes que las atiendan.

Va a ser dificilísimo conseguir cada nueva vocación. Creemos que es preciso comenzar por enrolar en la parcela del Señor a los sacerdotes secularizados que lo deseen. Y es que resulta un sin sentido evidente la existencia de pastores sin rebaño cuando hay tantos rebaños sin pastor.

es coordinador nacional de los Equipos de Sacerdotes Casados de España.

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