El valor de 'Manolín'
"Le ha pasado esto por roneá con el toro y con estos bichos no se puede roneá", decía histérico un banderillero de la cuadrilla de Curro Romero. Pero a Manolín le gustaba alardear de valor, estar lo más cerca posible del toro. Era ya la segunda vez que Manolín sufría un susto. La primera ocasión" hace ahora tres ferias, salió indemne.Antonio Gómez Romero, Manolín, había dejado ayer como siempre a su compadre después de que ambos departieran, como todos los días, en el bar Blanco Cerillo, en la popular barriada de Pío XII. No podía imaginar que esa tarde tendría que actuar con el mismo arrojo de siempre y jugarse la vida ante un toro demasiado quedo y remiso. Lebrija, el puntillero de La Maestranza, no podía liquidar al animal. "Pero Manolín tenía que ser, tenía que demostrar no sé qué que ya todos sabemos".
En la enfermería de la plaza, María Cueto, la señora encargada de la capilla, miraba fijamente al capellán, el padre Astudillo, y al médico, don Ramón. El cura le dio la extremaunción al desafortunado Manolín, "porque me lo pidió el médico, que vio que la herida era grave".
Para interesarse por el cabestrero se acercó a la enfermería el presidente de la Junta de Andalucía, José Rodríguez de la Borbolla, que salía a los pocos minutos pálido, aunque con noticias esperanzadoras. "La cogida", dijo, "ha sido grave, pero el médico me ha dicho que se salvará".
Manolín lleva cerca de 30 años como cabrestero de la plaza. Tiene 48 años, mujer y tres hijos. Uno de ellos, el mayor, lloraba desconsoladamente en la puerta de la enfermería. Como cabestrero gana 1.500 pesetas; pero todo le compensa, ya que lo que más le importa son los bueyes, el estar cerca del toro, lo más cerca posible".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.