Se regalan las orejas
LUIS M. MORCILLO Ya es habitual y hasta raya en la pesadez la generosidad de los presidentes de la plaza toledana. Cortar una oreja en esta plaza está al alcance de cualquier torero que consiga dar el suficiente número de pases y matar con más o menos eficacia para hacer que diez espectadores impresionables aireen el moquero.
Por este fácil sistema han conseguido sus trofeos Ángel Teruel y Morenito de Maracay. El madrileño, con una faena sobre la mano derecha en el segundo toro, en la que ningún muletazo le salió templado. En el quinto anduvo ventajista y con muchos trucos de zorrería taurina.
El venezolano ha brillado en el primer tercio, sobre todo en el tercer toro. Se salió muy bien con él a los medios y allí lo toreó por chicuelinas muy ceñidas, de las que destacaron dos en el centro del ruedo con la planta quieta y las manos muy bajas. Con la muleta ha estado mejor en el tercero que en el sexto, con una faena acoplada a la corta embestida del toro, al que mandó en algunos muletazos. En el sexto, ha estado más vulgar, con alardes pueblerinos para la galería.
Plaza de Toledo
22 de abril.Toros de Diego Garrido, bien presentados, manejables. Cuarto, sobrero de Luis Algarra, terciado, manso. Antoñete. División. Silencio. Ángel Teruel. Oreja. Oreja. Morenito de Marcay. Palmas. Oreja.
Antoñete ha tenido el santo de espaldas toda la tarde. Nada más empezar, un toro áspero le ha quitado el capote al intentar recogerlo en los medios y le ha hecho correr, con visible torpeza y pesadez. El capote de Chocolate le salvó. El toro no iba bien por el pitón izquierdo y el madrileño lo toreó por el derecho, con mando y seguridad. Pero como la faena fue breve y la estocada asomaba con descaro por la barriga, parte del público le chilló. El sobrero era feo y manso y Antoñete lo toreó con muchas precauciones, sin mostrar confianza en ningún momento.
Babelia
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