El PCF renueva sus criticas al Gobierno francés, a pesar del voto de confianza

Los comunistas, integrantes minoritarios del Gobierno de izquierda en Francia, han vuelto a las andadas en cuestión de horas. A pesar del voto de confianza que emitieron el jueves último en la Asamblea Nacional, solidarizándose así con la política del Gobierno del presidente, François Mitterrand, durante los dos últimos días, los dirigentes máximos del Partido Comunista francés (PCF) han vuelto a criticar ferozmente la política de reconversión industrial del Ejecutivo. De hecho, comunistas y socialistas viven ya la ruptura de la unión de la izquierda, aunque aún no esté oficializada.En Marsella, anteayer, en una manifestación organizada por la Confederación General de los Trabajadores (CGT), el sindicato más potente del país (cerca de dos millones de afiliados), controlado por el PCF, se corearon incansablemente los siguientes lemas: "Mitterrand, dimisión"; "Mitterrand, al paro"; "Mitterrand, traición".

Esto ocurría apenas 12 horas después del voto de confianza del PCF, solicitado por el primer ministro, Pierre Mauroy, con objeto de clarificar la equívoca situación de los comunistas en la mayoría gobernante de izquierda que alcanzó el poder en 1981.

Líderes y sindicato comunistas, en efecto, se ensañan con el Gobierno, denunciando, por motivos electorales, toda su política interior y diplomática y, con más fuerza aún, la de modernización industrial y rigor económico.

En la manifestación de Marsella, el secretario general de la CGT, Henri Krasucki, que también es miembro del buró político del PCF, pronunció un discurso que, desde la primera hasta la última palabra, fue un desafío a la política de Mitterrand. "Nunca hemos dado y nunca daremos un cheque en blanco a nadie", dijo.

En Lorena, región afectada por la reestructuración siderúrgica, al igual que en París, donde también la CGT convocó una manifestación anteayer contra la tragedia que se le avecina al sector automovilístico nacionalizado, otros dirigentes del PCF se manifestaron en términos antigubernamentales.

La táctica comunista

Lo expuesto no hace más que clarificar la táctica escogida por los comunistas. Votaron la confianza con el único fin de no cargar con la responsabilidad de la ruptura de la unión de la izquierda. Y, en lo sucesivo, continuarán asediando la paciencia del presidente de la República, Mitterrand, para intentar forzarle a que los ponga de patitas en la calle.Por otra parte, Mitterrand, de manera irreversible, parece que ha decidido renegar del programa que lo condujo al poder. "La derecha es el paro, la izquierda es el empleo", decía uno de sus lemas de 1981, pero sólo en los tres primeros meses del año Francia ha acumulado 125.000 parados más, y todos los índices aseguran que los 2.500.000 parados actuales no tardarán en ser tres millones.