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Adiós a calendarios, relojes y agendas

MALEN RUIZ DE ELVIRAUn teléfono que reconoce la voz de su amo es quizá una de las novedades más espectaculares para el gran público de la feria que todos los años se celebra en la ciudad alemana occidental de Hannover. Sin embargo, los ordenadores que reconocen y, sintetizan la voz, un campo de investigación de gran actualidad, no son todavía una realidad comercial a gran escala.

Este año la feria se ha centrado en los sistemas de comunicación de oficinas, la automatización de éstas y los sistemas flexibles para banca y comercios, sin olvidar los ordenadores personales.

En Hannover se podían ver este año las primeras instalaciones piloto de redes locales de banda ancha para uso interno de una empresa. Son en realidad el avance de lo que en el futuro serán las redes de comunicaciones.

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El teléfono obediente

La información -datos, voz, textos, imagen- es tratada de forma digital e integrada; transmitida por fibra óptica y recibida en cualquier punto de la empresa. Controladores y unidades centrales realizan las funciones de guardias de tráfico y procesamiento de la información.

Estas instalaciones se presentan como la sustitución de los interfonos, la máquina de escribir, el calendario, el reloj, la agenda, el archivo, la ida y venida de papeles, el correo interno entre sucursales y central o la realización de gráficos, por poner algunos ejemplos.

Sustitución de las conversaciones

Sustituyen incluso a las conversaciones personales, directas -entre jefe y secretaria- o por teléfono -entre departamentos o sucursales-, y editan textos, leen documentos, presentan gráficos en pantalla o papel a todo colór, actúan de buzón electrónico para mensajes en caso de ausencia y pueden recibir los servicios de teletexto.

En cuanto a la voz, lo que hacen estos sistemas es almacenarla en discos magnéticos, de igual fórma que el resto de la información, para reproducirla de forma electrónica posteriormente, cuando el receptor del mensaje desea escucharlo.

Físicamente todo se reduce a una pantalla, un teclado y, en todo caso, una unidad de memoria en cada puesto de trabajo, junto a un auricular en los sistemas que integran la voz. En periféricos, se puede disponer de impresoras, lectores de documentos, etcétera.

Una característica resaltada en general por los fabricantes es que los sistemas están diseñados para crecer armónicamente con la empresa, integrándose en redes superiores.

No hace falta fijarse mucho, en una visita a la feria, para darse cuenta de que los fabricantes de ordenadores están deseando introducirse en el mercado de la telecomunicación, fuertemente regulado en casi todo el mundo y sujeto a monopolios que dificultan -afirman las grandes empresas multinacionales- la adopción de nuevas tecnologías. La frontera entre la informática y la telecomunicación se ha ido borrando en los últimos años al pasar del mero proceso puntual de datos a las complejas redes de comunicación de datos.

Los equipos de comunicación de oficinas, los teléfonos digitales -que deben ir unidos en la mayoría de los casos a redes analógicas como son las actuales-, las centralitas digitales, todos los equipos que se diseñan en la actualidad, son la preparación de la infraestructura para la aspiración máxima: la red integrada de comunicaciones para grandes áreas o países, hasta llegar a la red de ámbito mundial.

Allí, todo -voz, datos, textos, imagen- será reducido a bits y tratado de forma digital y combinada. Un sueño que todavía está lejano, pero al que la tecnología ya existente no permite renunciar.

Robots electrónicos

En el campo de la microelectrónica, otro de los presentes en la feria de Hannover, los robots están a la orden del día, especialmente diseñados para fines diversos, desde cadenas de montaje a manipulaciones muy delicadas.

En la edición de este año de la feria de Hannover, la mayor feria industrial del mundo, han participado 88 empresas españolas, además del Ministerio de Obras Públicas y otros organismos institucionales. Sin embargo, sólo dos, Secoinsa e Ibérica de Reprografía, SA, lo han hecho en el sector dedicado a la informática y material de oficina. Secoinsa, empresa del INI, ha acudido por primera vez este año, con la presentación de terminales, impresoras y microordenadores.

Diez ferias en una

La gigantesca amplitud de la feria -10 certámenes en uno- ha motivado que se hayan empezado a aplicar los ordenadores en la ayuda a los visitantes, que hacían cola ante los 70 terminales instalados en puntos estratégicos de los recintos de exposición para hallar el pabellón que les interesaba. Una consulta al ordenador, con la ayuda de un especialista, señalaba el sector o la empresa que interesaba a cada uno de los visitantes y le calculaba incluso el camino más corto hacia su meta, a través de los laberínticos pabellones.

Todo es grande en esta feria. Servicios de autobuses eléctricos pasean a los visitantes por el recinto gígantesco del certamen, complementado por bancos, agencias de viaje, tiendas, restaurantes y todos los servicíos imaginables. Los gastos de instalación de los pabellones de las grandes compañías, en su mayor parte permanentes, alcanzan los centenares de millones de pesetas. Una gran inversión para una utilización anual de sólo ocho días, que, al parecer resulta, sin embargo, rentable.

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