El director Lorin Maazel abandona la Ópera de Viena por las críticas recibidas a su gestión
La ruptura total entre Lorin Maazel y la dirección de la Ópera estatal de Viena se consumó el viernes, al anunciar el director norteamericano su decisión de rescindir unilateralmente su contrato como director de la Ópera y abandonar definitivamente Viena al concluir la presente temporada, en el próximo mes de junio. Maazel le comunicó ayer por escrito sus intenciones al ministro austriaco de Educación y Cultura, Helmut Zilk.
El ministro, por su parte, convocó de inmediato una reunión urgente de la dirección de los teatros federales austriacos, en la que se acordó nombrar al austriaco Egon Seefehlner, actualmente catedrático del Conservatorio de Viena, como director interino, hasta que el nuevo director designado, Claus Helmut Drese, actualmente ligado a la Ópera de Zurich, ocupe su puesto, en 1986.A finales del pasado mes el ministro ya había anunciado que el contrato de Lorin Maazel, a expirar en 1986, no sería renovado, ya que éste no reunía las "condiciones adecuadas" para continuar en el puesto.
Pocos días más tarde, el ministro presentaba a Helmut Drese como el futuro sucesor de Lorin Maazel, y a Claudio Abbado para ocupar el puesto recién creado de director musical de la ópera estatal.
Maazel abandona Viena tras una larga serie de enfrentamientos con el público de la ópera, la crítica especializada y, últimamente, con el ministro Zilk. En la carta que anunció su decisión de desligarse definitivamente de la ópera de Viena, Maazel responde en términos muy duros y con evidente amargura debida a las críticas a su gestión, que recientemente había expresado el ministro.
Éste le había reprochado sus largas ausencias de la capital austriaca, debidas a sus giras y su "escasa atención" a las costumbres austriacas, y había puesto en duda la capacidad de Maazel a la hora de tomar decisiones en el terreno artístico.
Lorin Maazel señala en su escrito que "un invitado debe saber cuándo tiene que hacer las maletas e irse", y arguye que las críticas del ministro habían socavado su autoridad, lo que hacía imposible una actividad constructiva durante los dos años que hubiera tenido que seguir al frente de la Ópera estatal para acabar el contrato en estos momentos vigente.
De la carta de Maazel se desprende que, a partir de la próxima temporada, tampoco está dispuesto a actuar en la ópera de Viena como director de orquesta, con lo que responde negativamente a la oferta hecha por Claudio Abbado, quien había señalado que quería poder contar con Maazel para dirigir en Viena, "al igual que con todos los otros grandes directores del mundo".
La retirada de Lorin Maazel evoca la caída de otros directores de la Ópera de Viena, que fueron también objeto de violentas campañas, como Mahler, Böhm o von Karajan.
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