_
_
_
_
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Aclaración sobre la FUE

En la última página del número del 30 de marzo pasado, y en el pie de una fotografía de Eduardo Vañó, se menciona a la Federación Universitaria Escolar (FUE) como "sindicato republicano de estudiantes". Le ruego muy encarecidamente -en honor a la veracidad de la historia española- acoja estas líneas para rectificar que ni fue sindicato ni fue republicano. Tengo cierta autoridad para decirlo, porque fui secretario de actas de la primera FUE de Madrid, fundada por Antonio María Sbert , reuniendo las primeras asociaciones profesionales de estudiantes en los años veinte, bajo la dictadura del general Primo de Rivera. Como no tuvimos permiso durante varios años para constituirnos, comenzamos actuando, por recomendación de Sbert -inteligente y activo creador de toda aquella organización, fallecido en México hace tres años- como comités pro asociación profesional de..., con unos carteles que nosotros mismos pintábamos y que el propio Sbert nos decía: "Cuando nos autoricen, tachamos lo de Comité pro..., y así nos ahorramos pintar nuevos carteles". No teníamos una peseta y todo lo hacíamos por nuestra cuenta.Nada de sindicato; lejos, muy lejos de la UGT o de la CNT, que eran los únicos que entonces funcionaban. Nuestra idea era promover la libre asociación de estudiantes por facultades o escuelas (profesionalmente), sin ningún carácter político ni religioso, mucho menos sindical, pero libre, auténticamente libre, porque hasta entonces lo único que agrupaba a ciertos sectores de estudiantes era la Federación de Estudiantes Católicos, a la cual logramos desplazar en un congreso internacional de estudiantes (CIE) celebrado en Budapest en 1929 y al que asistimos, en nombre de la FUE, Ángel Rodríguez Olleros (médico de ejercicio brillante en su exilio en Puerto Rico) y yo mismo. El fruto de aquella gestión, desplazando a los estudiantes católicos como únicos representantes del estudiantado español, lo recogió al año siguiente Bartolomé Aragón otro FUE que no era nada republicano, sino que brilló en las filas del falangismo y que experimentó la singular circunstancia de que, visitando a don Miguel de Unamuno en Salamanca, y discutiendo los dos solos sobre falange y fascismo, don Miguel muriese súbitamente Otros conspicuos miembros de la FUE fueron los hermanos Miralles héroes de la guerra combatiendo contra la República. ¿Sabía usted que un distinguido miembro de la FUE (directivo de la profesional de Ciencias) fue Ramiro Ledesma Ramos? Aunque después nos separasen abismos ideológicos, siempre guardaré un máximo respeto por la inteligencia, la modestia y la honestidad de Ramiro.

Otra cosa es el influjo que pudo tener la actividad de la FUE para facilitar la llegada de la República en 1931. Creo que lo fundamental fue el espíritu abierto, tolerante y receptivo a toda idea defendida con limpieza y sinceridad. Ahí está la clave de lo que fue la FUE: la apertura de auténtica libertad entre los jóvenes intelectuales de entonces, principalmente universitarios. Si entonces no tuvimos nada de sindicato, ni tampoco de republicano, acaso valdría la pena estimular una actualización y revivificación de la FUE.

Si, desgraciadamente, hoy han desaparecido los más caracterizados fundadores e iniciadores, sobrevivimos algunos que podemos reconstruir una imagen viva, ejemplar y aleccionadora de aquella FUE, nada sindical ni nada republicana (como dogma, como imposición), sino adalid de las auténticas libertades de expresión, de pensamiento y de enseñanza, que tanto conviene hoy propagar y difundir en España. /

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_