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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

El lamentable estado de los hospitales

Hace unos días tuve que desplazarme a mi tierra, Huelva, para ver a mi padre que estaba ingresado en la residencia de la Seguridad Social, y vi algunas cosas que quisiera denunciar públicamente.La cuarta planta, medicina interna, es lo más parecido a las residencias de cualquiera de los países tercermundistas: habitaciones de seis camas, en donde están enfermos de infarto con enfermos de todo tipo que sea medicina interna. Ninguna tiene aseo interior, y, como el médico no diga nada de no levantarse de la cama o al paciente le dé vergüenza hacer sus necesidades delante de todo el personal, familiares incluidos, te vas por el pasillo con tu infarto a cuestas y el bote del suero al mejor estilo guerra Líbano andando 30 o más metros hasta llegar a unos servicios corriunes que no tienen tapas, expuesto a todo tipo de corrientes.

El reposo,como pueden ver, es absoluto, y además puede serlo para siempre.

Las sillas de ruedas para trasladar a los enfermos, las que he visto, no están ninguna entera. A todas les falta un posabrazos por lo menos. Esto sí, hay ceniceros en los pasillos debajo del letrero Prohibido fumar, en estos pasillos he visto fumar a familiares de los enfermos, así como a algún médico, antes de entrar a visitar al enfermo.

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El cartel de silencio no tiene vigencia alguna, y desde cualquier punto del pasillo se puede oír a última hora de la noche a Rosa León o Estudio estadio, o el último programa de la noche, así como algunos fandanguillos a primera hora del día en el transistor del que primero lo haya conectado.

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