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El congreso de Salamanca evidencia la carencia de obra científica en España

ENVIADA ESPECIALUn alumno le pide al profesor el porcentaje de delitos cometidos en un año. Este, un prestigioso catedrático de Derecho, responde que no puede dar el porcentaje porque sólo son 65. La anécdota, contada ayer por Miguel Ángel Quintanilla, profesor de Lógica y Filosofia de la universidad de Salamanca, sirvió para ilustrar el divorcio existente en España entre la ciencia y la llamada cultura humanística, durante el coloquio que siguió durante la mañana de ayer al debate sobre El pensamiento como institución, dentro de los actos celebrados en el congreso dedicado a La cultura española ante el nuevo siglo que hoy se clausura en Salamanca.

Es precisamente éste uno de los temas que más polémica está suscitando entre los participantes en el congreso. Uno de estos participantes, Francisco José Ayala, catedrático de Genética de la universidad de California (Estados Unidos), opina que en lo que al conocimiento científico se refiere España es un país analfabeto. "El resultado de un congreso como éste", explica, "me parece dudoso por sus planteamientos previos, ya que de los 200 especialistas que hemos sido invitados, no hay más de cuatro intelectuales cuya labor se desarrolle en el campo científico. En España no hemos entrado, respecto de la ciencia, en el siglo XX, y hablar de nuestra cultura en el siglo XXI me parece ciencia ficción".

Cree Ayala que, en el aspecto cultural, España está muy por debajo de otros países occidentales y, concretamente, de Estados Unidos. "Si allí se hubiera analizado un congreso con estas pretensiones, puedo asegurar que más del 50% de los asistentes hubieran sido gentes de ciencia. Y no creo que lo que ocurre en Salamanca sea producto de un defecto de la organización, sino que es un reflejo real del analfabetismo de la sociedad española".

Esta carencia provocó en el ministro de Cultura, Javier Solana, que se incorporó ayer al congreso, la decisión de convocar para el mes de mayo un simposio dedicado a la cultura científica, cuya organización dependerá del profesor Román Gubern. Gubern señaló ayer que "los resultados del actual simposio no son demasiado eficaces porque no está habiendo una metodología adecuada para lograrlo".

Miguel Ángel Quintanilla, profesor de Lógica en la universidad de Salamanca, insiste también en que lo que ocurre en este congreso es un reflejo de la pobreza de la cultura española. "En los medios universitarios la situación es terrible. No exagero cuando digo que los centros de cálculo que hay en muchas facultades se siguen utilizando exclusivamente para hacer las listas de alumnos o las nónimas de los funcionarios. Nadie sabe utilizar un computador. Y esto ocurre tanto en la universidad de Salamanca como en la Complutense de Madrid".

Televisión privada y pública

Esa necesidad de aunar humanismo y ciencia fue suscrita por la mayor parte de los participantes en el mencionado coloquio. Pedro Laín Entralgo, director de la Academia de la Lengua, contó que desde hace 20 años él ha pedido en todas las partes que ha tenido oportunidad que las universidades españolas incluyan unos cursos en los que se resuma lo que él llama una visión global del cosmos, donde se incluyan las últimas novedades científicas y los estudiantes puedan salir preparados y avisados de lo que van a encontrar fuera, de las aulas. "No he tenido ninguna respuesta en ninguna ocasión", aseguró Pedro Laín.La polémica sobre televisión privada-televisión pública no abandonó ayer las aulas de la Casa de Unamuno, en la que se reúnen los participantes en la sección de comunicación del congreso, informa María del Mar Rosell. Gran parte de los a,sistentes al coloquio compartieron la idea de que esta polémica se mantiene en España como consecuencia del retrase, tecnológico que sufre, y los avances de la telecomunicación la cortarán de raíz, según José Ferrater Mora, no antes de diez años. El filósofo catalán afincado en Estados Unidos aseguraba también que la televisión española no es una televisión pública, sino una televisión privada en beneficio del Estado, y que el panorama cambiaría con una multiplicidad de cadenas, incluyendo las regionales y las locales.

El poder y la información, el control de ésta y los nuevos avances y la polémica sobre la posible desaparición del periódico frente a lo.s medios electrónicos rodearon también el debate. Horacio Sáenz se mostró totalmente seguro de la perdurabilidad del periódico mientras sea este medio el que explique la causa de los hechos. Dijo también que "Fraga, que ahora lucha por la televisión privada, no recuerda que fue él el que configuró la televisión estatal actual y la dio fuerza al retirar el impuesto sobre televisión y al arbitrar el sistema actual. de publicidad".

Las relaciones entre la cultura del Estado y de las autonomías han centrado otros debates del simposio, que se clausura hoy, y en especial los referidos a la oficialidad de las lenguas y a su normalización. Una de las intervenciones más sorprendentes fue la de Jon Juaresti, profesor de lengua vasca, afiliado a Euskadiko Ezkerra, que afirmó que la enseñanza de un niño en una única lengua, vasco o gallego, por ejemplo, sería un genocidio cultural, y que el ideal de un español debería ser conocer las cuatro lenguas del Estado.

Javier Tusell, que presentó una ponencia en la sección de historia, se mostró partidario de una hístoria más profesional, menos instrumental, más verídica y menos provinciana, y José Ángel García de Cortázar aseguró que en buena parte la investigación histórica sigue siendo un esfuerzo solitario, y que los marcos regionales del Estado de las autonomías condicionan temáticamente la producción actual del historiador.

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