Una anciana de 84 años, sexta víctima de la última jornada de protesta contra Pinochet
El número de víctimas mortales durante la jornada de protesta del pasado martes en Chile, asciende ya a seis, al fallecer ayer una anciana de 84 años, asfixiada por los gases lacrimógenos lanzados por la policía en el sector de Pudahuel, al oeste de Santiago, lugar donde también murieron otras dos personas.
El número de heridos de gravedad asciende a más de 20, la mayoría de ellos como resultado de los disparos hechos por policías o por civiles no identificados que, de acuerdo con manifestaciones de numerosos testigos, son miembros de la policía secreta del régimen (CNI). Según fuentes policiales, un total de 15 carabineros resultaron heridos durante los enfrentamientos del pasado martes en todo el país.Las detenciones efectuadas tan sólo en cuatro ciudades, superan las 400.
La ciudad de Concepción, 500 kilómetros al sur de la capital, Santiago, registró ayer nuevos incidentes cuando una columna de unos 4.000 personas acompañó hasta el cementerio local los restos del universitario muerto de un balazo en el pecho el martes. La policía cerró el paso a la marcha cuando, después del entierro, el grupo intentó llegar al centro de la ciudad, lo que desató un enfrentamiento de más de dos horas, que finalizó poco antes de la hora del toque de queda en la zona.
Para la oposición, un éxito
En Santiago, grupos de universitarios se enfrentaron también a la policía en los alrededores de un recinto estudiantil donde, el día anterior, los carabineros hirieron gravemente a un joven de 26 años.El conjunto de los líderes opositores que convocaron la protesta nacional dijeron que ésta fue un éxito, por la gran cantidad de grupos sociales que se adhirieron y responsabilizaron a la policía de provocar a los manifestantes.
"Hemos asistido a la más grande manifestación de repudio a la dictadura", dijo el líder de la opositora Alianza Democrática, Gabriel Valdés.
Por su parte, el presidente Augusto Pinochet minimizó el alcance de la jornada de protesta y dijo que todo era un plan de los comunistas, que pretendían con su acción alterar el orden y la tranquilidad.
Dirigentes de los comerciantes y de los transportistas, dos sectores que antes de la jornada del martes no se habían unido a ninguna protesta, dijeron que sus bases en todo el país se sumaron masivamente a la jornada debido a la insensibilidad del Gobierno para responder a las demandas por ellos planteadas.
El toque de queda fue levantado ayer, después de tres días de vigencia en Santiago y dos en Concepción, pero el Gobierno mantuvo el estado de emergencia y la censura previa de cuatro revistas opositoras.
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