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Preocupación en el Kremlin por la evolución política en el África austral

Pilar Bonet

El desarrollo político en África, y de forma especial el pacto de no agresión firmado la semana pasada por Suráfrica y Mozambique, preocupa seriamente al Kremlin, temeroso de perder influencia en aquella zona del mundo, según manifiestan en Moscú fuentes diplomáticas solventes, que ven a las autoridades soviéticas "muy nerviosas" por la evolución en el África austral, en especial en Angola y Mozambique.La inquietud soviética se reflejaba ayer en un análisis de la agencia oficial Tass (el segundo en dos días consecutivos), según el cual EE UU, en colaboración con Suráfrica, maquina en la actualidad sendos complós contra Angola y Mozambique. El domingo, el órgano del Ejército soviético, Krasnia Zvezda, había afirmado que Washington y sus aliados de la OTAN preparan "una aventura armada" contra Nigeria. Este país el más poblado del continente, se ha convertido, junto con Ghana, en uno de los "principales objetivos de la CIA" en el subcontinente africano, según Tass.

Estas afirmaciones, intensifica das últimamente, se enmarcan en un contexto de acusación a EE UU y sus aliados de potenciar "operaciones subversivas" en países africanos. La agencia soviética ha expresado su escepticismo ante el pacto de no agresión entre Suráfrica y Mozambique; en opinión de Tass, los "círculos militaristas" surafricanos no han abandonado su "estrategia de agresión" contra otros países de la zona.

Tanto Mozambique como Angola están vinculados a la URSS por tratados de cooperación que datan de 1977 y 1976, respectivamente. Mozambique y, en menor medida, Angola han realizado una apertura hacia países occidentales industrializados en busca de ayuda económica para su desarrollo. Semejante orientación puede ser nefasta, en opinión de Tass. Los amigos americanos de "última hora" de Mozambique, señala la agencia, están preparando un "nuevo acto de sabotaje a gran escala contra la economía mozambiqueña". Washington, subraya Tass, promete préstamos y créditos y hace propaganda de la "cooperación" con Suráfrica, al tiempo que pide "desvergonzadamente" que el Gobierno mozambiqueño "renuncie al control estatal sobre la industria y la agricultura" y conceda "derechos especiales" al capital extranjero. En el caso de Angola, Tass acusa a la Casa Blanca de no haber abandonado "los viejos planes de arrebatar los campos petroleros" a este país. Según la agencia, los supuestos "esfuerzos pacificadores" de Washington y su aparente empeño en revitalizar la economía africana ocultan "planes traidores" para "desestabilizar" los "Estados progresistas de la región" y sustituir sus "legítimos Gobiernos" por "regímenes títeres".

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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