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Crítica:FLAMENCO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Varias facetas de lo 'jondo'

Fue una lástima que Manolo Sanlúcar no hiciera más que una interpretación en solitario a la guitarra, porque ahí estuvo su mayor grandeza, el momento ese de plenitud del artista que no siempre se logra. La guitarra flamenca sola, con jondura, enduendada. Lo demás, arropado ya con otra y otras dos guitarras y una flauta, es distinto. En un arte tan visceralmente individual como es el flamenco, la interpretación colectivizada nos queda como mucho más ajena y distante, por hermosa que sea.Esto mismo se hizo patente en la actuación de Enrique Morente, en dos de cuyos cantes introdujo acompañamiento coral y de percusión. Además no parece que estuvieran sobrados de ensayos y se notaron algunos baches, pérdidas de ritmo en el quehacer conjunto. Cuando Morente se quedó solo con Cortés y se aproximó más al cante clásico dio la medida del excelente cantaor que es.

Cumbre flamenca: el arte joven

Cante: José Mercé, Enrique Orozco, Enrique Morente, Susi.Baile: Mario Maya y su grupo. Toque: Tomatito, Paco de Antequera, Paco Cortés, Joaquín Amador. Guitarra en concierto: Manolo Sanlúcar y su grupo. Madrid, teatro Alcalá Palace, 17 de marzo de 1984.

Dos conceptos distintos

Pero el cante más rabiosamente flamenco de la noche, el cante de la pena y el grito, lo hizo José Mercé. Por tientos y tangos, por soleares, por bulerías, este gran cantaor jerezano dio un breve, pero sustancial, curso de entendimiento de lo jondo en su raíz gitana. El treno desolado, el quejío trágico de José Mercé, fueron estremecedores en muchos momentos.Enrique Orozco, el veterano invitado en un cartel definido como joven, puso el contrapunto de una forma de entender el cante por completo diferente. Orozco es el maestro por excelencia de ese cante profundamente racionalizado, que viene desde Chacón hasta él, después de haber pasado por Vallejo y Bernardo El de los Lobitos, entre otros. La voz laína de Orozco, con frecuencia susurrada, de infinita dulzura, nos regaló una bellísima malagueña, tientos-tangos perfectamente acompasados y fandangos de creación personal.

No estuvo Camarón -en esta ocasión por causa tristemente justificada, la muerte de un hermano-, pero los ecos camaroneros se oyeron en la voz de Susi, que te sustituyó. Es una cantaora con mucho gancho de cara al público. Entrevera sus canciones con pasos de baile, desplantes y actitudes pretendidamente dramatizadoras que, junto a su afición a los chales que se le caen, le complican demasiado la vida. Su voz, sin embargo, es muy cálida, y pienso que puede ser muy flamenca.

Fascinación del baile

Un buen guitarrista que podría ser Joaquín Amador. Anteanoche la acompañó de manera brillante y efectiva. Su toque tuvo un relieve extraordinario, como el de Tomatito, que la secundó de manera excelente. Tomatito, que previamente había acompañado a Mercé, es otro de los jóvenes y grandes valores actuales de la guitarra flamenca. El toque para cante fue muy bueno en toda la gran noche flamenca. Paco de Antequera acompañó primorosamente a Orozco, mimó el cante del viejo maestro. Cortés también dio a Morente la réplica adecuada.Y el baile. Mario Maya es sin duda uno de los pocos nombres capitales que hay en el baile flamenco actual. Fue constantemente a más. Me parece que al principio no estuvo muy concentrado, como si ese baile inicial no lo tuviera aún muy hecho, con caídas de ritmo, con momentos no bien resueltos. Aun así, hubo pinceladas, hallazgos. El baile de hombre solo es sumamente difícil, porque no tiene defensa alguna marginal al baile en sí. Mario Maya siempre hace cosas que parecen fáciles, pero que no lo son en modo alguno. En la soleá bulería ya todo funcionó con rigurosa precisión, secundado por dos jóvenes bailaores, para finalmente en las alegrías, de nuevo solo, brillar de manera esplendorosa, en una teoría absolutamente fascinante del mejor baile flamenco que hoy puede verse en este país.

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