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Los camiones procedentes de la CEE con pescado importado se desvían a Cataluña para eludir la acción de los piquetes

La tensión que el mundo de la pesca vive desde el pasado miércoles, tras el ataque de la Armada francesa a dos pesqueros vascos, se prolongó ayer con la actuación de piquetes de pescadores, que en las últimas horas incendiaron dos camiones y vaciaron el pescado de importación transportado en otros dos vehículos, y el regreso a Ondárroa, cuya población volvió a manifestarse a mediodía de ayer, de tres de los tripulantes del Valle de Atxondo, heridos en el incidente de la semana pasada. La presencia de los piquetes en los puestos fronterizos durante el día de ayer provocó el desvío del tráfico de pescado a otros puntos de la frontera pirenaica, principalmente a la catalana.

Con el desvío se trata de evitar que se produzcan más incidentes que los sucedidos a lo largo del pasado fin de semana, en el que se han registrado dos camiones incendiados y varios coches de matrícula francesa con las ruedas pinchadas, según informa desde San Sebastián.La disciplina con que están actuando estos piquetes ha determinado que se hallen permanentemente vigilados los tres puentes fronterizos de Irún, la autopista vasca y la carretera de Behovia a Pamplona. Todo ello, durante las 24 horas del día, mediante un estricto sistema de turnos. Es así como evitaron en el día de ayer que entrara por el puente de Santiago la veintena de camiones que diariamente se registran en la explanada iruñesa con carga de pescado.

No pasó lo mismo con dos TIR -camiones en régimen de tránsito- de Dinamarca, cuya carga no se despacha en la frontera, y que intentaron a mediodía de ayer atravesar la provincia de Guipúzcoa. Una vez superado el peaje de la autopista, hacia la una del mediodía, piquetes motorizados les obligaron a desviarse a la gasolinera -distante dos kilómetros, aproximadamente- y allí les obligaron a vaciar su carga: cada uno, 22 toneladas de bacalao fresco con destino a Vigo y La Coruña.

La intervención de la Ertzaina de Tráfico evitó que toda la carga de los camiones se desparramara por la carretera. La policía vasca -cuya función consiste en regular y garantizar el tráfico por las carreteras- había recibido el aviso de la gasolinera y su presencia hizo huir a los piquetes cuando los camiones estaban medio vacíos. Posteriormente, hizo acto de presencia la Guardia Civil, a quien compete controlar la carga de tránsito. Los incidentes más graves se produjeron el domingo. A las cuatro de la tarde, una veintena de personas quemaron en Irún un Pegaso procedente de Holanda, matriculado en Valencia, con 22 toneladas de berberechos. Con gran violencia, y sin atender a los ruegos del conductor, una veintena de personas dio fuego a la caja del camión y rompió con un hacha la luna de la cabina, además de llevarse la herramienta del vehículo.

En la madrugada de ayer -las tres, aproximadamente- se incendiaba otro camión parado en el alto de Etxegárate. Matriculado en Francia, este vehículo, cargado con objetos de hierro, ha terminado con la cabina destruida, aunque la carga y el remolque no resultaran afectados por las llamas.

La dureza de estas acciones y la permanente vigilancia de los piquetes han obligado a establecer refuerzos en los servicios fiscales y aduaneros de Irún. La Policía Nacional ha incrementado su presencia en la frontera, por lo que los piquetes han retrocedido para instalarse en los dos peajes más importantes de la autopista, situados en Irún y Zarauz.

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comunitaria.

Crispación en Ondárroa

Durante el día de ayer, los piquetes anunciaban su intención de extenderse a otros puntos de la frontera pirenaica como la Administración no adopte medidas destinadas a suprimir las licencias de importación del pescado En Ondárroa, la crispación, alimentada en ocasiones por noticias contradictorias, no ha dejado de aumentar en las Últimas horas. Una nueva manifesutación, en la que volvieron a corearse consignas contra los Gobiernos francés y español, recorrió a mediodía de ayer el puerto y calles principales de la localidad, a la que habían llegado de madrugada Jesús Martínez de la Concepción, Pedro Uribe y Francisco da Silva, tripulantes del pesquero cañoneado en aguas del golfo de Vizcaya el pasado día 7 Los tres pescadores, que llegaron a bordo del autobús que había trasladado a Brest a los familiares de los heridos, calificaron de "denigrante" el trato recibido de las autoridades francesas, incluido el aspecto asistencial en el hospital.

Francisco da Silva, que compartía habitación, en el hospital de Brest, con su compatriota Manuel

Fernando Gomes, al que le fue amputada una pierna, se emocionó al recordar a su compañero, de 22 años, y dijo, entre sollozos, que no pensaba ' "volver a la mar para que me maten cualquier día. Trabajaré en otra cosa, en el puerto, donde sea, a no ser que decida volverme a Portugal, en cuyo caso sí volveré a navegar".

Por su parte, la junta directiva de la Asociación de Asentadores del Mercado Central de Bilbao (Mercabilbao) se reunió ayer para estudiar la situación creada a raíz de las acciones de boicoteo por parte de los pescadores contra las importaciones de pescado comunitario.

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