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Crítica:FLAMENCO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El cante de los Mairena

Murió Antonio Mairena, pero su cante está ahí, ya para siempre, quizá más vivo que nunca. Obviamente, su hermano Manuel es el oficiante imprescindible del mairenismo. Él, que aprendió el cante de la fuente primigenia, y lo aprendió muy bien, nos lo da ahora con fidelidad, con devoción y con entrañamiento. Hay momentos cuando canta en que si uno cierra los ojos puede creer que está oyendo al hermano mayor y maestro, a Antonio. Aquellos ecos inconfundibles, la grandeza de los cantes llevados a su más rico desarrollo.Manuel Mairena cantó por soleares, por siguiriyas, por tientos y tangos. Luis Rosales había dicho antes que Antonio había dedicado su vida y su arte a poner orden en el flamenco, a llevar cada cosa a su sitio. Yo creo que en esto fue más lejos aún, pues puso orden incluso allí donde nunca lo hubiera. Los cantes de los Mairena, hoy, son obras acabadas, armoniosas, a las que nada falta ni sobra.

Sesión de recuerdo de Antonio Mairena

Manuel Mairena, 'cantaor'. Enrique de Melchor, guitarrista. Centro Municipal de Cultura de Getafe (Madrid). 10 de marzo.

Manuel es un buen cantaor, indudablemente. Ser hermano de quien fue le puede haber ayudado, pero no sé si también le perjudica en el sentido de que el listón para él va a estar siempre a la altura de aquel auténtico monstruo sagrado, y ahí es casi imposible llegar. Quizá más adelante pueda ir individualizando su cante, dándole una propia personalidad que lo libere del estricto cauce acuñado por el hermano mayor; pero, por supuesto, sin traicionar las esencias mairenistas.

En definitiva, lo que pienso es que el mairenismo debe seguir desarrollándose y enriqueciéndose, y no quedar anclado para siempre en las formas que Antonio creara un día.

Maestro del toque

Enrique de Melchor le hizo un acompañamiento perfecto. Contenido, sobrio, dejando al cante lo que es del cante; pero arropándolo, guiándolo, dándole en cada momento la apoyatura precisa, su guitarra fue el contrapunto ideal a la voz del cantaor. Una vez más, Enrique fue el gran maestro del toque.

La sesión tuvo lugar el sábado en el Centro Municipal de Cultura de Getafe, dentro de las Jornadas de Encuentro Ciudadano que organiza la Asociación Nacional Presencia Gitana y auspicia el Ayuntamiento getafeño. Sesión en recuerdo de Antonio Mairena. Hablaron, brevemente pero con emoción, Félix Grande, Manuel Ríos Ruiz, Luis Rosales y Francisco Vallecillo. Se leyeron algunos versos hondamente sentidos en memoria del cantaor desaparecido. Y la voz de éste, en su disco póstumo, abrió y cerró el acto. Antonio Mairena, de alguna manera, andaba por allí con sus duendes gitanos.

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