La segunda batalla de Inglaterra
SOLEDAD GALLEGO-DÍAZ A causa del mal tiempo sobre Europa, muchos de los aviones enemigos que debían haberse acercado a las costas británicas no pudieron despegar de sus bases en el continente. En el fondo no hacía falta. Los ordenadores suplieron perfectamente la realidad, los radares detectaron aparatos inexistentes y las sirenas de alarma sonaron igual en las 15 bases presuntamente atacadas.
En Wattisham, a 130 kilómetros al este de Londres, la guerra comenzó a las 8.20 del pasado martes. A esa hora, empezaron a llegar oleadas de aviones fantasmas que no se fueron hasta las 10.55.
En el centro de operaciones, protegido con sacos terreros con soldados agobiados con las mascarillas antigás, se iban calibrando los efectos del ataque: aquí cayeron bombas, allí quedó una sin explosionar, más allá se derrumbó un hangar.
"Tú estás muerto"
Cuidadosamente se van colocando en un mapa papelitos azules, rojos, amarillos... Cuando las sirenas dejen de sonar, los respectivos jefes de unidad distribuirán entre sus soldados otros papelitos más siniestros: "Tú estás muerto", "Tú has perdido una pierna", "Muerto", "Muerto", "Muerto"... Los Mirage F-1 y F-4, que teóricamente han conseguido esquivar a los Pliantom que salieron a interceptarles, han logrado llegar hasta el corazón de la base.
Los aviones de la RAF, Pliantom y Lightning, han podido despegar sólo una vez. El jefe del 56º escuadrón, Al Pulfrey, está algo decepcionado: el mal tiempo impide que lleguen los aviones enemigos y a lo largo de la mañana han tenido pocas ocasiones de volar. "Ahora está aclarando y espero que nos ataquen rnás".
Cuando intercepte al enemigo tendrá aproximadamente 30 segundos para lograr abatirlo o que le abatan. "Depende mucho de la agresividad del contrario y del tipo de avión de que se trate, pero la verdad es que son decisiones inuy rápidas". Sus compañeros que quedan en tierra tienen nueve segundos -como recuerda un cartel colocado por todas partes- para colocarse la mascarilla antigás. Se supone que el atacante utiliza gases venenosos: un segundo de más y podrá darse por muerto o intoxicado.
El tiempo ha aclarado lo suficieíite como para que los aviones puedan despegar sin problemas, pero los enernigos continúan sin llegar, retenidos en sus respectivas bases por una persistente niebla. Sin embargo, los Pliantom y cazas ligeros de Wattisham despegan una y otra vez para interceptarles. "No llevamos misiles ni bombas, por si hay un accidente, pero actuamos exactamente igual que si estuvieran a bordo, y vamos dando instrucciones y datos a los ordenadores".
Las nianiobras -denominadas Elder Forest 84- preveían en total 900 despegues de aviones atacantes, Participan en el ejercicio bombarderos y cazas de nueve países distintos. Los norteamericanos están en los dos lados: defendiendo con sus aparatos con biase en Gran Bretaña y atacando con los que se encuentran en el portaviones Independence y en la República Federal de Alemania. También ayudan a los británicos, aviones daneses.
El objetivo del Elder Forest 84 es demostrar la invulnerabilidad aérea del Reino Unido, el país que en caso de guerra se convertiría en una especie de portaviones norteamericano y uno de los puntos a los que llegarían las tropas de refuerzo estadounidenses. Para protegerse, el Reino Unido no cuenta ahora, como en la segunda guerra mundial, con cazas y.bombarderos, que dependían en buena parte de la habilidad de los pilotos, sino con sofisticadas máquinas llenas de mieroprocesadores y de cerebros electrónicos.
'Dispara y olvídate'
Las dos joyas de la batalla son los F-16 norteamericanos y los Tornado europeos. El primero vuela a más de 2.000 kilómetros por hora y sube a 10.000 metros en un minuto. Los especialistas dicen que es el avión "más manejable del rnundo". El segundo localiza, además, a los aviones enemigos a cientos de metros de distancia, incluso de noche. Los dos llevan misiles dispara y olvidate, que buscan su objetivo. Sin embargo, a la hora de la verdad, los dos dependen -al menos cuando se trata de ejercicios- de las condiciones del clima.
"No todo son los F-16 y Tornado, ni tan siquiera los Pliantom y los Lightning", explica un oficial; "en una segunda batalla de Inglaterra resultarían también fundamentales los aviones radares AWACS (Airborne Warning and Control System); los Victor y Vulcan, que proporcionan combustible en vuelo a los otros aviones y amplían su radio de acción; los escuadrones de Buccaneer, con misiles Sea Eagle y Martel para la lucha contra los barcos y submarinos enemigos, y los. Harrier y Jaguar, que apoyan la lucha en tierra".
Además, habría que echar mano de los VC-10 y Hércules para transporte de tropas, y de los helicópteros Puma y Chinook para operaciones en tierra. En total, el comando aéreo británico contaría, sin sumar los aviones que la RAF mantiene en la República Federal de Alemania, con más de 850 aparatos, 44.000 militares (hombres y mujeres) y 7.000 civiles.
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