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La dimisión de Trudeau abre una nueva fase en la vida política canadiense, con probables elecciones anticipadas

Con la decisión de dimitir de su cargo de primer ministro de Canadá, Pierre Elliot Trudeau, de 64 años de edad, abre una nueva fase en la vida política canadiense. El partido liberal elegirá al sucesor durante un congreso nacional, en junio, para el que se presenta como favorito John Turner, de 54 años de edad. Entre tanto, todos los observadores prevén elecciones anticipadas para antes de fin de año.

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Una arrogancia en reserva para el futuro

En una breve carta de tres párrafos, dirigida el pasado miércoles a la presidenta del partido liberal, Iona Campagnola, Trudeau explicaba que había "llegado el momento de que otro asuma esta tarea". Con su característico aire flemático, el político de la eterna rosa roja en el ojal, fue aún más breve al explicar los motivos de su retirada a los periodistas. "Lo decidí escuchando las razones de mi corazón, tras un paseo a medianoche durante el temporal de nieve".Trudeau, tras casi 16 años en el cargo de primer ministro -con un breve paréntesis de nueve meses, desde mayo 1979-, afrontó una reforma institucional en Canadá, dotando al país de una nueva Constitución en 1981. Dio un tono más nacional a una economía con estrechas relaciones con Estados Unidos. Luchó para evitar una secesión de la provincia francófona de Quebec (donde los independentistas perdieron un referéndum en 1981) y practicó una política liberal en relaciones exteriores, sobre todo en dirección hacia los países en vías de desarrollo.

Trudeau llegó a la jefatura del Gobierno canadiense en abril de 1968. Una época en que estaban también en el poder Lyndon Johnson, en Estados Unidos; Charles de Gaulle, en Francia, y Harold Wilson, en el Reino Unido.

Trudeau fue ganando todas las elecciones hasta que decidió retirarse, en 1979, para dar paso a una Administración dirigida por el líder del partido conservador canadiense, Joe Clark. Los errores políticos de éste culminaron en una crisis de Gobierno, con elecciones anticipadas. Inesperadamente, Trudeau decidió volver a la arena política y batió en las urnas a Clark, en febrero de 1980, en una proeza calificada por la prensa canadiense como el retorno del mago.

El regreso de Trudeau no fue tan fructífero como esperaban los canadienses. La permanencia la crisis económica, los litigios lingüísticos con la provincia francófona de Quebec y el desgaste político de Trudeau condujeron a los liberales a los índices más bajos de popularidad. Según un sondeo realizado a primeros del pasado mes de febrero por el Instituto Gallup, si Canadá hubiera celebrado entonces elecciones legislativas -el final de la actual legislatura está previsto para la primavera de 1985- el partido liberal de Trudeau sólo lograría el 32% de votos, frente al 52%. para el partido conservador, el 15% para el partido de la Nueva Democracia y el 2% para otras fuerzas minoritarias.

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La salida de Trudeau de la escena política puede interpretarse como un deseo de salvar al partido liberal, regenerándolo con un nuevo líder. No es extraño que al anunciarse la retirada de Trudeau, la bolsa de Toronto subiera 10 puntos. Trudeau, personaje mítico de la vida canadiense, opta también por una salida elegante. Los canadienses, en el fondo, aman a su primer ministro y valoran el gesto paternal de Trudeau, que dice querer dedicar más tiempo a sus tres hijos -Justin, de 12 años; Sacha, de 10, y Michel, de ocho-, fruto del matrimonio con Margaret Sinclair, que tenía 22 años frente a los 51 de Trudeau, cuando se casaron en 1971. Separados desde 1977, Margaret calificó la retirada política de su marido como "una buena noticia para la familia".

La Constitución canadiense prevé que, en caso de retirada del primer ministro, el partido mayoritario en el Gobierno puede nombrar un sucesor, sin obligación de pasar por elecciones anticipadas. El partido liberal reunirá un congreso extraordinario dentro de unos tres meses para elegir al sucesor de Trudeau. Las elecciones se adelantarían probablemente a finales de este año.

Posibles candidatos

Entre los posibles candidatos a reemplazar a Trudeau destaca el abogado liberal de Toronto John Taurner, ex ministro de Finanzas con Trudeau. Turner dimitó por diferencias con el primer ministro. Considerado como más conservador y como hombre de negocios, Turner podría ser el escogido para afrontar la ardua tarea de intentar mantener a los liberales en el poder. También se cita los nombres de Jean Chretien, actual ministro de Energía, y Donald Mac Donald, ex ministro de Finanzas. Aunque sucedan a Trudeau por vía del congreso, en realidad deberán prepararse para la batalla electoral con los conservadores, recuperados del fiasco del Gobierno Clark, con subida del nuevo líder conservador, un tanto de estilo reaganiano, Brian Mulroney.Trudeau mantuvo siempre una línea política totalmente prooccidental y proatlántica. No abandonó por ello cierto protagonismo en el estímulo de las relaciones con los países en vías de desarrollo (conferencia Norte-Sur), en el mantenimiento de relaciones diplomáticas con Cuba o en el peregrinaje de Moscú a Washington, pasando por Pekín, Nueva Delhi, Tokio y las principales capitales europeas, en busca de iniciativas para una conferencia internacional de desarme.

En la cuestión de las relaciones bilaterales entre los dos colosos de América del Norte, Estados Unidos y Canadá, Trudeau llevó también un actividad crítica en materia de control de inversiones estadounidenses en Canadá, con litigios sobre accesos a zonas de pesca y disputas por la polución.

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