Alineamiento con los países arabes moderados

Quince meses después de llegar al poder, Felipe González ha concluido su primer viaje por Oriente Próximo mostrándose abiertamente partidario de las tesis sustentadas por los regímenes árabes moderados y declarando su apoyo posibilista a dos personalidades en principio antagonistas: el líder palestino Yasir Arafat y el presidente libanés, Amín Gemayel. Después de este viaje, parece claro también que el intercambio de embajadores entre Madrid y Tel Aviv no es cosa de un día para otro y que en el palacio de la Moncloa se sopesan con cuidado las ventajas e inconvenientes de este establecimiento de relaciones.El Gobierno español parece convencido de que los palestinos no presentarían pegas graves a este asunto, del que podrían sacar la contrapartida de una representación de la OLP en Madrid con rango de embajada. Los dirigentes árabes que han conversado estos días con González -tanto, los saudíes como los jordanos y el dirigente palestino Yasir Arafat- parecen tratar de soslayar el asunto y se limitan a decir que han obtenido de España promesas de que no piensa alterar su postura tradicional, como si ésta fuera la de seguir sin lazos diplomáticos con Israel, en lugar del plan en dos puntos expuesto reiteradamente por Felipe González: el intercambio de embajadores tendría lugar cuando convenga a los intereses de España y si es válido para la pacificación de Oriente Próximo.

Para el presidente español, esta pequeña gira sirve para apoyar la presencia activa de España en el mundo árabe, al margen de la retórica oficial. La presencia en la delegación del ministro de Hacienda, Economía y Comercio, Miguel Boyer, era también significativa. González ha tratado de que los "tradicionales lazos" tantas veces esgrimidos afectaran también a la cooperación económica. El presidente del Gobierno ha reiterado estos días cómo España comenzó tarde sus negocios con Arabia Saudí: la oficina comercial española en este país se abrió en 1977, tres años después de que se iniciara el auge del petróleo, y es de por sí significativo que ayer en Amman se anunciara por fin la decisión de instalar una oficina de este tipo en un país, Jordania, que tiene desde siempre muy buenas relaciones políticas con España.