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La multinacional ATT negocia con el Gobierno la mayor inversión extranjera en España desde la de General Motors

La firma norteamericana American Telephone & Telegraph (ATT), a través de su rdial de produción Western Electric, se encuentra en un proceso muy avanzado de negociación con el Gobierno español para realizar en España lo que en medios próximos a la compañía estadounidense se ha presentado como la "mayor inversión extranjera" desde que se instaló la General Motors. La inversión, que incluiría un amplio abanico de productos electrónicos en el área de la telefonía, superaría los 500 millones de dólares e incluso podría alcanzar los mil millones, si todos los planes propuestos llegaran a cuajar. Fuentes españolas sitúan "lo hablado hasta ahora" en torno a los 200 millones de dólares (unos 30.000 millones de pesetas, al cambio actual).

Las negociaciones entre la compañía norteamericana -la primera firma industrial de Estados Unidos hasta que un tribunal federal ordenó su desmembramiento en varias empresas, de cara al mercado interior estadounidense- con el Ministerio de Industria y Energía y la Compañía Telefónica Nacional de España (CTNE) se remontan al pasado verano y se han materializado en varios encuentros, realizados tanto en España como, en Estados Unidos.La propuesta estadounidense, que habla de una joint venture (riesgo compartido) entre ATT y CNTE, ha levantado ampollas en el sector electrónico español, ya que, de materializarse en su totalidad, dejaría fuera de rentabilidad a sus competidoras ya instaladas en España, incluso a alguna multinacional. Según las fuentes, la ATT se encuentra negociando el mismo proyecto con varias empresas estatales y privadas de Europa, pero las conversaciones mantenidas en España se encuentran en una fase mucho más avanzada y concreta.

Oferta amplia

Las mismas fuentes señalan que la inversión no se reduciría exclusivamente al campo de los circuitos integrados (semiconductores), donde la tecnología ATT lleva ventaja sobre otras empresas, sino que "la oferta es mucho más amplia" e incluye conmutación digital (centrales telefónicas de nuevo cuño) e incluso diseño de aparatos. De ahí que los importes de la inversión global que hablan unos y otros sean diferentes.

Fuentes del Ministerio de Industria confirmaron ayer el estado avanzado de la negociación con AIMP, que comenzó, según las mismas fuentes, a raíz de una iniciativa. del director general de Electrónica, e Informática, Joan Majó.

Según las mismas fuentes, existen amplias posibilidades de que las negociaciones lleguen a buen término en lo que respecta a una inversión en torno a los 200 millones de dólares para la instalación de un planta de fabricación de semiconductores, con destino, en un porcentaje próximo al 90%, a la exportación.

Por el lado norteamericano, sin embargo, las cifras barajadas se sitúan a un nivel superior, si en ellas se incluyen todos los productos que ATT, a través de, Western Electric, puede exportar desde sus futuras instalaciones en España. De hecho, ATT busca una base en Europa para establecer su estrategia global, una vez que el mercado norteamericano esté prácticamente autoabastecido con sus plantas domésticas. Asimismo, el alcance de la inversión en España depende de los grandes contratos internacionales pendientes de adjudicación, especialmente el de China. Las mismas fuentes señalan que el problema se sitúa en si es rentable limitar, a priori, el monto de una inversión en un sector de capital intensivo como es el de la electrónica, donde las inversiones son cuantiosas y los períodos de amortización también muy pequeños.

Riesgos compartidos

La mayor dificultad de las negociaciones se sitúa, precisamente, en la insistencia norteamericana de que sea una joint venture y de que los riesgos, por tanto, sean compartidos. Se trataría, en este sentido, de crear una nueva sociedad, con capital mixto, donde se aportaría tecnología y capital por ambas partes. Al parecer, la parte norte americana exige concesiones favorables, por parte de la Administración española, a la hora de instalarse, tanto en el campo fiscal como en el de aportación de fondos, de la misma forma que en su día se les facilitaron a la Ford y a la General Motors.

Por el lado de la Administración, según se ha podido deducir de las consultas realizadas, lo que se busca es una garantía sobre la presencia definitiva de esta compañía en España, de forma que no se repitan experiencias anteriores, cuando la multinacional de turno amenaza con marcharse y traspasar sus instalaciones al Estado cuando el mercado español se ha saturado y no existen garantías de contratos exteriores. Experiencias similares en el sector de bienes de equipo son aducidas de malos ejemplos que no deberían repetirse.

La instalación de ATT en España, debido a su gigantesco volumen de negocios en Estados Unidos y su avanzada tecnología en el campo de la telefonía (controla casi la totalidad del mercado norteamericano) plantearía problemas, por otro lado, a empresas con presencia tradicional en España, como es el caso de la International Telephone and Telegraph (ITT), que participa en Standard Eléctrica en asociación con la CTNE.

No obstante, esta previsible competencia en el mercado español es sólo un espejo de lo que pasa a nivel mundial, donde la docena de firmas que existen en este sector batallan por los mercados que se abrirán a medio plazo con el proceso de conversión de un sistema telefónico mecánico y anticuado en otro de nueva generación basada en la electrónica. Sin embargo, la tesis de los competidores de ATT es que esta firma, pese a su avanzada tecnología, se encuentra en desventaja en el mercado europeo, ya que sus productos no cumplen las normas de intercomunicación continentales. En ese sentido, la firma ATT necesitaría un complicado proceso de conversión de sus productos, que, a su vez, requeriría inversiones adicionales.

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