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Los grades bancos reducen la inversión crediticia y desvían recursos a sus males exentas de coeficientes

Los grandes bancos nacionales redujeron su inversión crediticia en 152.234 millones de pesetas durante el pasado mes de enero, mientras que sus depósitos apenas caían 2.500 millones de pesetas, según el avance de la oficina de regulación bancaria del Banco de España. En el pasado mes de enero se suele producir el ajuste derivado de la inflación de cifras que los bancos realizan al final del ejercicio para presentar un cierre con los mejores resultados posibles. No obstante, las cifras del mes de enero muestran la tendencia clara de las entidades bancarias, especialmente los ocho grandes, a colocarse en situación de liquidez a la espera de las decisiones del Gobierno en materia de coeficientes de inversión.

La banca nacional y los bancos extranjeros establecidos en España redujeron su inversión crediticia en 144.337 millones de pesetas en el mes de enero respecto a diciembre del pasado año. La distribución de esta fuerte desinversión, bastante más elevada que la correspondiente al mismo mes de 1983, se concentra en los ocho grandes bancos -Central, Banesto, Hispano, Bilbao, Vizcaya, Santader, Popular y Exterior-, con una caída de 152.000 millones de pesetas, y en los bancos industriales, con un descenso de 1.478 millones de pesetas. El resto de bancos comerciales y el grupo de bancos extranjeros tuvieron un ligero incremento de su inversión durante el mes de enero.Lo normal es que en el mes de enero se produzca un retroceso importante tanto en las cifras de inversión bancaria como en las de depósitos de clientes que aparecen en el balance de cierre del ejercicio anterior. Es lo que se conoce como escaparate de las instituciones financieras para mejorar las cuentas de fin de ejercicio. El descenso en la inversión crediticia reflejado en enero tiene ahí una cierta explicación. Pero los depósitos de clientes no muestran esa misma caída sino, por el contrario, un crecimiento de 69.738 millones de pesetas para el conjunto de la banca, con una ligera reducción en el grupo de los grandes y un fuerte incremento en el grupo de bancos industriales, banca extranjera y, sobre todo, en el resto de bancos comerciales. No parece que haya habido un escaparate importante salvo en el caso de Banesto, que ha perdido 40.000 millones de pesetas en depósitos en el primer mes del año.

Mayor rentabilidad

Las explicaciones a este comportamiento extraño con la tónica general por parte de los grandes bancos son varias. En primer lugar parece claro que los bancos que tienen filiales (o segundas marcas, como ahora se les llama) exentas de-cubrir coeficientes como fórmula de saneamiento están desviando una parte importante de su negocio bancario hacia estas instituciones donde la rentabilidad es mayor. Los bancos que no tienen que cubrir coeficientes -prácticamente todos los que han pasado por el Fondo de Garantía de Depósitos- pueden ofrecer una retribución- mayor por los depósitos que captan -vienen dando aproximadamente medio punto por encima que el que dan los que sí cubren coeficientes- y a la vez pueden prestar dinero a tipos de interés por debajo de los de mercado. La rentabilidad para el banco sigue siendo superior, ya que no tiene que destinar 50 de cada 100 pesetas captadas a cubrir coeficientes.El anuncio hecho hace meses por parte de la Administración de que se va a modificar el actual coeficiente de inversión ha movido a los grandes bancos -que serán los que tengan que acoplar sus recursos al nuevo coeficiente cuando entre en funcionamiento- a colocarse en una situación de liquidez por encima de lo normal. Algunos de ellos lo vienen haciendo desde hace más de un año. El Popular, por ejemplo, lo decidió formalmente en 1982 y ha continuado en el último ejercicio. El proceso ha sido tan fuerte que las cifras absolutas de inversión crediticia han descendido en 1983 respecto a 1982. El Banco de Vizcaya, uno de los que tradicionalmente han tenido una fuerte proyección inversora típica, alcanzó unos porcentajes de incremento de su inversión muy pequeños a lo largo de 1983. El Hispano, que mantuvo una tasa normal en el primer semestre, cambió el signo en el segundo, ajustándose fuertemente. El Banco de Bilbao es, de los que han proporcionado datos totales del ejercicio anterior, el que ha mantenido un crecimiento mayor, que en cualquier caso no llega al 7%.

La relativa escasez de demanda de crédito privada y la posibilidad de desviar muchos fondos a financiar una parte del déficit del sector público a unos tipos de interés claramente ventajosos han permitido a estas instituciones salirse del mercado y mantener unos niveles de beneficios elevados, a pesar de que en dos ocasiones durante 1983 se elevó el coeficiente de caja de la banca sin que obtuvieran remuneración alternativa por estos recursos cautivos. La fórmula fácil de convertirse en recaudadores del Estado -como lo definió el presidente de la patronal bancaria recientemente- parece haber dado resultados suficientes a la mayor parte de las instituciones financieras, que no han manifestado especiales críticas a los requerimientos de recursos por parte de la Administración.

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