La estrategia del Gobierno pretende 'ganar' el referéndum

Los nombramientos de Defensa producidos tras la designación del almirante Ángel Liberal como jefe del Estado Mayor de la Defensa, están configurando en el ministerio un nuevo equipo de militares partidarios de seguir en la OTAN. El hecho coincide con un incremento de tomas de posición del Gobierno sobre la presencia española en la OTAN, que por ahora parece limitarse a exponer la dificultad de salir de la Alianza, como dice hoy el propio ministro Narcís Serra, mientras en la sede de la propia organización se da por seguro que la estrategia del Ejecutivo español está encaminada a lograr en referéndum un resultado favorable a la permanencia de España en la Alianza. Entretanto, unas 50.000 personas marcharon ayer de Madrid a Torrejón manifestándose contra la OTAN y la presencia militar extranjera en EspañaLa estrategia del Gobierno español está encaminada a plantear la cuestión sobre la salida o permanencia en la OTAN de manera que se gane el referéndum, es decir: confirmar que España seguirá en la Alianza Atlántica con una fórmula aceptable, según han manifestado diversas fuentes españolas consultadas. Pero ello plantea problemas internos y externos. Dando por hecho que habrá un referéndum, estas fuentes excluyen por el momento, al menos en la actual legislatura, la integración en el mando militar de la OTAN.A grandes rasgos, se baraja una alternativa. La primera posibilidad, que España se quede como está en la actualidad en la OTAN; es decir, en la estructura civil y permanencia en el comité militar, con la única diferericia de que participaría plenamente en los comunicados finales de las reuniones. Esta vía, defendida por el ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Morán, sería difícilmente aceptable por otros países de la OTAN. La segunda posibilidad consistiría en una posición inspirada en la francesa. España no entraría en los mandos atlánticos, pero sí participaría en algunos proyectos concretos de cooperación o logística y en maniobras de la OTAN.

El abanico de posibilidades es amplio, pero la estrategia que se contempla es no plantear directamente la cuestión de la integración militar, sino dejarla abierta. De este modo, en un primer tiempo, sería más aceptable para los otros aliados. España cuenta, además, con la gran excusa de negarse a entrar en el mando militar integrado hasta que no se haya resuelto el contencioso sobre la soberanía de Gibraltar.

Se piensa que, una vez aceptado el principio de la permanencia en la OTAN, España no plantearía, en contra de lo ocurrido con el anterior Gobierno, el problema de los mandos atlánticos. Se invertiría la situación, comenzando por pedir a la OTAN que defina qué misiones desearía asignar a España, pero dadas las enormes dificultades técnicas que plantearía a la OTAN la integración militar española, este proceso de negociación puede arrastrarse durante largo tiempo.

El famoso estudio sobre las alternativas y necesidades de la Defensa española prosigue su curso, alargándose a medida que pasa el tiempo, pues "no hay prisa", según una fuente española. ¿Cómo se va a explicar que España no sale de la OTAN por presiones exteriores? También habría que explicar que, como objetivo de ataque del Pacto de Varsovia, España está en la OTAN desde que firmó en 1953 el Acuerdo de Cooperación con EE UU y se instalaron en España bases de este país.

Algunas personas partidarias de una plena integración española en la OTAN se muestran ahora contrarias a ello, por razones de estrategia. Consideran que el territorio español aumentaría en su valor de blanco. A la vez, otras personas antes contrarias a la OTAN han comenzado a mostrar cierta flexibilidad. Pero se teme que una salida de la OTAN radicalizaría al PSOE en todos los órdenes y pondría en marcha una dinámica que provocaría la denuncia del acuerdo con EE UU.