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El Teatro Estable valenciano estrena 'Los forjadores de imperio', un 'juego seductor' de Boris Vian

El grupo Teatro Estable del País Valenciano estrena mañana, en el teatro Valencia, marco habitual de sus representaciones, su octavo montaje, L os forjadores de imperio o el schmürz, un juego seductor del escritor francés Boris Vian, con dirección de Casimir Gandia y escenografía de Pedro Adán. En el reparto están Joan Monleón, que intrerpreta un personaje muy diferente a los habituales, Marta May, Cristina Sepulcre, Pepe Sobradelo, Ana Gómez y Paco Sanchis.

El Teatro Estable del País Valenciano, al igual que otros grupos similares en otras comunidades autónomas, se ha venido manteniendo hasta ahora básicamente por las subvenciones del Ministerio de Cultura. Sin embargo, el pasado año no fueron subvencionados y, según indica el gerente del grupo y del teatro Valencia, Vicente Vergara, Los forjadores de imperio "se ha montado con las exiguas ayudas que en 1983 se recibieron del Ayuntamiento y la Diputación Provincial de Valencia"."Hemos elegido a Boris Vian", explica el director Casimir Gandia, "por su carácter seductor. Creo que en la trayectoria de cualquier lector o espectador llega un momento en que parece inevitable enamorarse de Boris Vian. Quizás no sea un amor eterno, pero, desde luego, es mucho más que un flirt pasajero".

El director escénico considera que la obra es muy adecuada al medio cultural en que se va a representar ahora, y se extraña de que no hubiese desatado verdadera pasión con anterioridad. "Vian era ante todo un jugador en cualquier aspecto de su vida", indica. "Y ese carácter lúdico está ahora más impregnado que nunca en nuestro ambiente. Su propuesta de juego teatral, por ejemplo, entronca la desvergüenza del teatro latino con la iconoclastia de las vanguardias para crear una nueva mitología que es, en realidad, una relectura de las antiguas".

Gandia cree que a partir de Boris Vian. "nos podemos permitir una carcajada que rescate lo más convulso del teatro de la crueldad desde la mirada de los ochenta. Y ello pasa necesariamente por los filtros formales de los géneros de la comedia y del terror, de Boris Karloff y de los hermanos Marx. Y, desde el punto de vista de la interpretación, por una síntesis -ejemplificada en Joan Monleón- entre las técnicas más sofisticadas de la vanguardia con el teatro del mercado, o sea, entre las herencias de Stanislavski y de Bernat y Baldoví".

La obra, "es analítica, en tanto que analiza los comportamientos sociales de la burguesía desde la lógica del absurdo; y es irracional, en cuanto que su interrogante principal es un personaje absolutamente material que, sin embargo, carece de sentido".

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