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CIENCIA

Impecable aterrizaje del 'Challenger' en Cabo Cañaveral

El transbordador espacial norteamericano Challenger aterrizó ayer en Cabo Cañaveral (Estados Unidos) con seis segundos de retraso sobre la hora calculada, en una impecable maniobra. Miles de personas residentes en Florida contemplaron cómo la nave se posaba suavemente, y por primera vez, en las pistas de la estación de lanzamiento. El Challenger concluyó así ocho días de viaje sideral en el que se han mezclado éxitos, como los paseos espaciales sin conexión a la nave, con los fracasos que supusieron la pérdida de dos costosísimos satélites de comunicaciones.

El Challenger aterrizó, con el cielo completamente despejado, a las 13.16 horas de ayer, hora peninsular española, en la nueva pista de 5,5 kilómetros de longitud del Centro Espacial Kennedy, de donde salen habitualmente las misiones del transbordador.Los astronautas Vance Brandt, Robert Gibson, Ronald McNair, Bruce McCandless y Robert Stewart regresaron con la esperanza de que la misión cumplida permita lograr cuanto antes el objetivo más inmediato de la NASA: la primera reparación de satélites en el espacio.

Del Índico a Florida

"Bienvenidos a casa. Fantástico trabajo", fueron las primeras palabras que los tripulantes del Challenger escucharon del centro de control en Houston, inmediatamente después de que la nave se detuviese en mitad de la pista de aterrizaje.El descenso de la nave hacia la Tierra comenzó con la puesta en marcha de los cohetes de frenado, sobre el océano Indico. El transbordador espacial atravesó después las capas altas de la atmósfera sobre Hawai, cruzó México; y bajó sobre el golfo del mismo nombre, en dirección ya hacia el estado norteamericano de Florida.

La experiencia más destacada de esta décima misión de la nave fue el vuelo libre, o paseo espacial sin conexión con el transbordador, que los astronautas McCandless y Stewart realizaron en dos ocasiones.

Equipados con unas mochilas a propulsión adosadas a su espalda, ambos astronautas se convirtieron en satélites humanos, para ser los primeros hombres en el espacio que abandonaron su nave y flotaron libremente.

Durante su viaje, el transbordador ha recorrido más de cuatro millones y medio de kilómetros y ha realizado 128 órbitas.

Los satélites de comunicaiones Westar 6 y Palaba B2, perdidos en este viaje por fallos técnicos al ser colocados en órbita equivocada, pertenecían a Indonesia y a Estados Unidos, respectivamente. Este contratiempo les costará a las compañías aseguradoras 100 millones de dólares (15.600 millones de pesetas) por cada satélite perdido.

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