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23 españoles abandonan Beirut a bordo de helicópteros de la VI Flota norteamericana

Con la cara descompuesta por las lágrimas, Rosa Vizoso abraza una última vez a su marido antes de subir a bordo del helicóptero Chinook de la VI Flota norteamericana que evacuó ayer a Chipre a un primer grupo de 22 españoles residentes en Beirut oeste. Un ciudadano español más abandonó la capital libanesa a bordo de un helicóptero italiano.

A las tres de la tarde se habían dado cita en el paseo marítimo de la capital, delante de las Embajadas de EE UU y el Reino Unido, los pocos españoles -en su mayoría empleados del Centro Cultural y de la Oficina Comercial- que habían logrado enterarse de las facilidades puestas a su disposición por la VI Flota norteamericana, que respondía así a una petición del Ministerio español de Asuntos Exteriores para sacar de Líbano a los titulares de un pasaporte español.Allí, en la avenida de París, cortada al tráfico y custodiada por unos 50 marines del contingente norteamericano de la fuerza multinacional, aterrizaban constantemente, en medio de las palmeras, los Chinook y los Sea King británicos, que, con los pasajeros a bordo de las más diversas nacionalidades, desplegaban inmediatamente rumbo a la isla de Chipre.

A escasos metros de distancia, los milicianos drusos, que juntos con los musulmanes chiítas controlan la ciudad desde el pasado lunes, seguían divertidos los vuelos de los helicópteros pesados.

A diferencia de las demás representaciones occidentales, que comunicaron en las últimas 48 horas, por vía de prensa y radio, sus proyectos de evacuación, la Embajada de España encargó a una colaboradora del embajador, Ángeles Junquera, que llamase por teléfono a los españoles deseosos de salir del país y que sólo dispusieron de un par de horas para hacer las dos maletas que fueron autorizados a llevarse.

La noticia no les había sido comunicada a los españoles asentados en las zonas cristianas, que no pueden desplazarse hasta el sector occidental de la capital y para los que, a última hora de la tarde de ayer, no estaba aún prevista ninguna evacuación. Más de 200 españoles, en su mayoría mujeres casadas con libaneses que estudiaron en España, viven en Líbano.

El embajador español, Joaquín Castillo, decidió el lunes cerrar la cancillería en Beirut oeste, y el miércoles la prensa publicó un anuncio en el que se señalaba que para los casos urgentes los españoles podrían dirigirse a su residencia, situada en el sector cristiano de la capital, inaccesible desde el oeste y con el que es harto difícil comunicarse por teléfono.

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