Nuevos recortes en la Bolsa de Nueva York por las realizaciones de los beneficios acumulados

Durante la pasada semana continuó, de forma inexorable, el deterioro de las bolsas norteamericanas. Las presiones vendedoras fueron aumentando día tras día y los índices cedieron de tal forma que en la actualidad se encuentran muy cerca de los niveles que los expertos califican de soporte. El índice Dow Jones llegó a tocar durante la sesión del martes pasado la cota de 1.209, nivel en el cual no se había situado desde noviembre de 1983. En las últimas 15 sesiones este indicador ha cedido posiciones en 13 ocasiones, lo cual demuestra la entidad de las presiones vendedoras, según recoge Shearson American Express en su informe semanal.Los volúmenes de contratación también aumentaron notablemente con relación a las semanas anteriores, como consecuencia de que las instituciones han estado aligerando posiciones para conseguir un nivel de liquidez aceptable que les permita ver evolucionar los índices sin demasiadas preocupaciones. En realidad, los mercados bursátiles están preocupados por el problema del déficit público norteamericano. Este tema ha saltado a primer plano después del discurso del presidente Reagan y la presentación del nuevo presupuesto. Como no se han aportado datos adicionales a los ya conocidos, y que permitan de alguna forma entrever una posible salida a la situación planteada, los inversores institucionales han preferido liquidar posiciones y esperar tiempos mejores.

Sin embargo, este sombrío panorama ha aportado también elementos claramente positivos, como son la convicción generalizada de que después de las elecciones se tomarán medidas para solucionar estos brutales desequilibrios. Es posible que, si es reelegido, Reagan quiera pasar a la historia como el presidente que devolvió la confianza a los norteamericanos, atajó la inflación y consiguió reducir el gasto público, aunque para ello tenga que aplicar remedios dolorosos durante su segundo mandato. Y muy posiblemente es el temor a medidas más drásticas lo que preocupa a muchos analistas de la realidad norteamericana.

No obstante, los resultados económicos siguen siendo buenos: la publicación de los leading economic indicators mejorando un modesto 0,6% en el mes de diciembre demuestra que la economía continúa creciendo a ritmo moderado, sin excesivos riesgos de inflación. Por un lado, las ventas de automóviles han disminuido, pero por otro las cadenas de grandes almacenes más importantes de Estados Unidos, como Sears y J. C. Penney anunciaban el pasado jueves que sus ventas habían aumentado alrededor de un 25%. Estos datos prueban, según algunos expertos, el buen equilibrio del sector consumo. Finalmente, -en los últimos días de la semana- se percibió una leve tendencia bajista de los tipos de interés en el mercado interbancario.