Condenado por estafa un abogado que cobró 50.000 pesetas para pedir una libertad provisional
Manuel Antón de la Fuente, juez de instrucción número 19 de Madrid, ha condenado a cuatro meses y un día de prisión al abogado madrileño Emilio Palazuelos Fernández, como autor de un delito de estafa, por ofrecer la obtención de una libertad provisional por medios irregulares. El letrado es sancionado, además, con la pena accesoria de suspensión de profesión y derecho de sufragio, durante el tiempo de la condena, al pago de las costas del proceso y a que abone 50.000 pesetas de indemnización a Soledad Delgado.
El juez ha impuesto la condena en su grado máximo por concurrir la agravante específica del artículo 529 de Código Penal, es decir, "los que defraudaren con pretexto de supuestas remuneraciones a funcionarios públicos".La sentencia señala que Palazuelos, de 51 años, natural de Melilla, conoció en septiembre de 1981, en su condición de abogado, a Soledad Delgado Almena, cuando ésta se disponía a visitar a su hijo José Manuel Carrasquilla en la cárcel de Carabanchel. Posteriormente concertó su defensa y la obtención de su libertad provisional en las diversas causas pendientes en diferentes juzgados de Madrid.
Palazuelos se comprometió a acumular los procedimientos en un solo juzgado y a conseguir la puesta en libertad de Carrasquilla en un plazo no superior a seis meses. Para conseguir esa situación, pidió a Soledad Delgado una cantidad de dinero superior a las 100.000 pesetas, ya que, según la sentencia, "tenía que ir a los juzgados, saludando con una mano y dando un billete con la otra", no descartando la polibilidad de que "los papeles se perdieran o llegaran a incendiarse".
Ardid engañoso
Además, Palazuelos afirmó, delante de Soledad Delgado y otros familiares de la misma, tener amistad íntima con un fiscal y dos magistrados-jueces de instrucción de Madrid, con uno de los cuáles "jugaba todas las semanas al golf".Soledad Delgado, de escasísimos recursos, económicos, reunió 50.000 pesetas recaudándolas entre sus familiares, y el 17 de septiembre de 1981 se las entregó a Palazuelos para que éste hiciese uso de la cantidad en la forma citada. Soledad prometió al abogado que entregaría el resto de la suma exigida para obtener la libertad provisional. Carrasquilla continúa en la prisión de Carabanchel.
El juez ha considerado a Palazuelos como autor de un delito de estafa con la agravante citada, ya que "el acusado utilizó un ardid engañoso, atribuyéndose amistad con un fiscal y dos jueces", para explicar a una persona de escasos conocimientos una imposibilidad jurídica-procesal, ya que no podía acumular los procesos de Carrasquilla en un solo juzgado, "porque era una pretensión fuera de su alcance profesional".
Este no es un caso aislado, pero habitualmente los estafados, en su mayoría perseguidos de la justicia, no denuncian la situación, y en otros casos una minoría de abogados obtiene por procedimientos poco claros la libertad de los que se encuentran en prisión. Si este caso fue conocido, fue por la denuncia presentada por el sacerdote Enrique de Castro y la joven María Gracia González Monseny, pertenecientes al grupo parroquial de ayuda a los jóvenes de Vallecas.
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