La policía desarticula una banda de cuatreros que robó en la provincia 200 cabezas de ganado
La policía ha desarticulado en las dos últimas semanas de enero una banda de cuatreros que se dedicaba a robar ganado en fincas situadas al noreste de la ciudad de Madrid para venderlo luego en la provincia de Córdoba. Cuatro personas han sido detenidas como presuntos integrantes de esa banda, a la que se le imputan nueve robos, que totalizan unas 200 cabezas de ganado vacuno, bovino y caballar, valoradas en 9.300.000 pesetas.
Según la información obtenida por el grupo quinto de la Brigada de Policía Judicial de Madrid -responsable de la desarticulación de la banda- el cerebro de la organización era Jenaro Jiménez Silva, de 31 años de edad natural de la localidad cacereña de Navas del Madroño y vecino del barrio madrileño de Peña Grande.Jenaro Jiménez, siempre según la acusación policial, recorría vaquerías y fincas rústicas del área delimitada por las carreteras nacionales I y II, que conducen a Burgos y Barcelona, con un camión Ebro de su propiedad. El pretexto usado por el presunto cuatrero era comprar chatarra, puesto que la compraventa de esta mercancía era su actividad oficial. En estos viajes y, al parecer, también en la comisión de los robos de ganado, era siempre acompañado por J. F. A. M., de 37 años, que conducía el vehículo, puesto que él carece de permiso.
Sin embargo, Jenaro Jiménez utilizaba también esas visitas para obtener información sobre el número y la calidad del ganado de las fincas y sobre el modo en que éste pernoctaba. Días después de sus inspecciones, y por la noche, Jenaro y su conductor volvían a los establecimientos y sacaban de cuadras y establos los animales, que introducían, bien en el mencionado camión Ebro, si el botín era importante, bien en una furgoneta Avia, en caso de una captura pequeña.
Venta y comercio en Córdoba
El ganado, según ha podido reconstruir la policía, era transportado en los citados vehículos hasta un cortijo situado en la provincia de Córdoba, entre los municipios de Pozoblanco y Villanueva de Córdoba, no lejos de una ermita conocida como Nuestra Señora de Luna. Allí era recogido por el arrendatario del cortijo, J. M. L., de 33 años, vecino habitual del barrio madrileño del Pilar. Éste, a su vez, se lo vendía a A. L. S., de 34 años, avecindado en la población cordobesa de El Viso, que disponía de la correspondiente licencia oficial para vender ganado.El destino final de los animales sustraídos en Madrid era el matadero de Córdoba, en el caso de reses destinadas a ser sacrificadas, como terneras u ovejas, o explotaciones agrícolas y ganaderas de la comarca, si se trataba de caballos o vacas lecheras. La investigación que ha conducido a la detención de estos cuatro presuntos cuatreros comenzó el pasado otoño, cuando al grupo cuarto de la Brigada Judicial, especializado en robos en establecimientos, empezaron a llegar denuncias relativas a robos de ganado en los términos municipales de El Vellón, Cobeñas, Barajas y Mejorada del Campo. Algunos denunciantes hicieron referencias a "un hombre que había venido hacía días a buscar chatarra y estuvo dando vueltas por la finca".
A mediados de enero fueron detenidos en el distrito madrileño de Fuencarral dos hombres que transportaban en una furgoneta cuatro vacas procedentes de un robo recién cometido en el pueblo de Alcobendas. Esos dos individuos, al parecer ajenos a la banda de cuatreros, dijeron que las vacas les habían sido vendidas por un tal Jenaro. Identificado Jenaro merced a los antecedentes que tenía por delitos similares, fue detenido en su domicilio. Poco después era capturado su conductor, J. F. A. M., cuando viajaba en un Seat 1430 propiedad de Jenaro Jiménez. Una vez en Córdoba, los inspectores del grupo quinto detuvieron a los dos presuntos receptores o peristas de la organización.
En el cortijo próximo a la ermita de Nuestra Señora de Luna, la policía intervino 20 cabezas de ganado bovino y dos caballos enanos, producto de robos en Madrid.
