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Costa Rica se niega a conceder asilo político a 3.000 seguidores armados de Edén Pastora

Edén Pastora ha tenido que suspender el repliegue de 3.000 combatientes de ARDE (Alianza Revolucionaria Democrática) a territorio costarricense porque el Gobierno de Luis Alberto Monge se niega a concederles asilo político y amenaza con expulsarlos del país. Por medio de esta operación, el ex dirigente sandinista, que hoy combate al régimen de Managua, pretendía demostrar que le sobran hombres dispuestos a luchar pero carece de armas para equiparlos.

El comandante en jefe de ARDE, que el pasado mes de octubre viajó a Estados Unidos en busca de ayuda, se ha quejado repetidamente por los escasos fondos que le suministran sus "amigos demócratas". Ya el 23 de junio del pasado año, apenas dos meses después de iniciada su lucha, ordenó un alto el fuego por problemas de aprovisionamiento. En aquella ocasión obtuvo, al parecer, una rápida ayuda económica que le llevó a reanudar los combates una semana después.El objetivo de esta última maniobra era idéntico. Pastora llegó a Barra de Colorado, en el extremo noreste de Costa Rica, el pasado viernes junto con 192 combatientes que entregó a las autoridades locales. Según sus declaraciones, era la primera partida de un contingente de 3.000 hombres a los que no podía entregar armas.

Después de conversar con el jefe de la guardia rural, coronel Gilberto Orozco, se internó nuevamente en territorio nicaragüense, a través del río San Juan, dispuesto, según dijo, a seguir combatiendo con los 4.000 guerrilleros restantes a los que sí ha podido pertrechar.

ARDE cuenta, en palabras de Pastora, con unos ingresos mensuales de 400.000 dólares (unos 64 millones de pesetas), que resultan insuficientes para las necesidades de la guerra, sobre todo después de las últimas incorporaciones de nuevos combatientes. El repliegue táctico de ARDE a territorio costarricense colocó en difícil situación al Gobierno, de este país, que el 17 de noviembre había proclamado un estatuto de neutralidad perpetua. Para analizar el tema se reunió el lunes el Consejo Nacional de Seguridad, que por decisión unánime acordó negar el ingreso a los guerrilleros y expulsar " a terceros países a aquellos que ya hubieran entrado. Destituyó también de forma fulminante al coronel Orozco por no haber detenido a Pastora, contra el que pesa una orden de captura.

El razonamiento del Gobierno costarricense es claro: la tradición de asilo del país concede espacio político para cualquier disidencia con otros gobiernos, pero prohíbe específicamente que se involucren en acciones armadas.

La indignada reacción de Pastora no se ha hecho esperar. Tras anular la orden de repliegue, ha pedido a Costa Rica que le devuelva a los 192 hombres que entregó el viernes, "para evitar que unos señores bien vestidos los humillen por el hecho de participar en la lucha por la democracia".

Después de atacar duramente a "los estúpidos gringos" y a quienes "se dicen demócratas y no nos dan las armas que necesitamos", anunció melodramáticamente su propósito de mantener en Nicaragua "para morir dignamente" a los 3.000 hombres que proyectaba enviar a Costa Rica.

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