Ofensiva contra un ministro británico a causa de la fuga de presos del IRA

El ministro británico encargado de los asuntos de Irlanda del Norte, James Prior, hace frente estos días a una ofensiva del ala derecha del partido conservador, que reclama su dimisión por considerarle responsable de la fuga de presos del IRA ocurrida el pasado mes de septiembre en la cárcel de Maze. Prior tendrá que comparecer próximamen,te ante la Cámara de los Comunes para participar en un debate extraordinarió sobre el tema.La polémica se ha reavivado al hacerse públicas las conclusiones de la investigación oficial que se llevó a cabo a raíz de la fuga. Según dicho informe, la escapatoria, considerada como la más espectacular de la historia del IRA, fue posible porque los funcionarios habían relajado la disciplina y porque se habían vulnerado numerosas reglas de seguridad. Al parecer, muchos funcionarios quedaron impresionados y afectados por las huelgas de hambre que en 1981 costaron la vida a 10 presos del IRA, entre ellos Bobby Sands.

El director de la prisión, Ernest Whittington, presentó su dimisión y, al parecer, más de 30 funcionarios van a ser sometidos a expedientes disciplinarios. Sin embargo, el ministro y su subsecretario estiman que no tienen ninguna responsabilidad personal en lo ocurrido, porque la fuga no se produjo como consecuencia de medidas políticas equivocadas, sino por fallos de orden administrativo. Prior, prácticamente el único representante del ala moderada del partido conservador que no fue expulsado del Gobierno Thatcher tras las pasadas elecciones, ha anunciado ya que no presentará la dimisión.

La fuga, ocurrida el 25 del pasado mes de septiembre, causó la. muerte a un funcionario, que fue apuñalado, y heridas graves a otros cinco. En total se escaparon 38 miembros del IRA que cumiplían largas condenas y que estaban considerados como los elementos más peligrosos de la organización. Cuatro meses después de la escapatoria sólo han podido ser detenidos de nuevo 19 de ellos. La fuga y el momentáneo derrumbe de la política de terroristas arrepentidos o super grasses, como se les conoce en inglés, dio nuevo impulso al Ejército Republicano Irlandés, que pocos días antes de Navidad colocó una bomba en la puerta de los almacenes Harrods, en Londres, causando cinco muertos y casi 100 heridos.