La congestión del tráfico ferroviario de cercanías no se resolverá hasta 1986

Los problemas actuales que repercuten negativamente en el servicio de cercanías ofrecido por Renfe en el Suroeste madrileño no podrán resolverse hasta 1986, según declaró ayer en conferencia de prensa el director general de Infraestructura del Transporte, Antonio Alcaide.Las obras del Plan Ferroviario del Área Metropolitana de Madrid, iniciadas en 1979, llevan un retraso de dos años y medio, que no puede ser imputado al actual Gobierno", declaró ayer Alcaide, al que acompañaba el director de la 1ª y 2ª zonas de Renfe, Manuel Pérez Beato. La conferencia de prensa fue convocada para presentar un informe sobre los ferrocarriles de cercanías de Madrid y la remodelación de la estación de Atocha.

Alcaide anunció que la finalización del plan, prevista para 1990 se cumplirá en 1992. El ministerio tiene voluntad de reducir el retraso de dos años y medio que llevan las obras. El plan de cercanías supone una inversión en torno a los 58.800 millones de pesetas, "coste que nunca será rentable, pero que compensa por el beneficio social de los 53 millones de viajeros que lo utilizarán anualmente".

Las fases del plan incluyen el fraccionamiento y separación de los tráficos de cercanías y los de largo recorrido, mediante el desdoblamiento de las vías, que será posible en 1986. Posteriormente, se construirá la estación de Atocha-Cercanías; una vez terminada, se podrá utilizar para reorganizar el tráfico de largo recorrido.

Los problemas presentes derivan de la expansión demográfica del Suroeste de Madrid, en las décadas de los años 60 y 70, que originaron una demanda de nuevos servicios, sin modificar las instalaciones de Atocha. El tramo de Villaverde Bajo-Atocha sufre una congestión al límite de su capacidad, con repercusión negativa en la regularidad y, por tanto, en el servicio ofrecido.