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Recuerdo de Manuel Pedregal, presidente de la Fundación Giner de los Ríos

Ha muerto en Madrid Manuel Pedregal Fernández, enterrado el pasado viernes en Avilés. Era presidente de la Fundación Giner de los Ríos-Institución Libre de Enseñanza. En este artículo se glosa su figura.

Para la inmensa mayoría de los españoles actuales, el nombre de Manuel Pedregal Fernández no dice acaso nada. Sin embargo, en Asturias la noticia ha de conmover en extensos y diversos sectores.Hijo y nieto de eminentes hombres públicos del primer tercio de este siglo y del último del XIX, heredó de ellos no sólo su nombre, sino su devoción por la cosa pública, es decir, su empeño en el engrandecimiento moral, intelectual y económico del país, en la gran tradición de los economistas asturianos. Aspiró siempre a una España liberal y avanzada. Enemigo a ultranza, sin violencia, de la violencia. Su vida, a grandes rasgos, puede resumirse así: primera educación en la Institución Libre de Enseñanza; después, en la Residencia de Estudiantes y en la Universidad Central, como brillante alumno de la facultad de Derecho. Luego de hacer su doctorado preparó en diversos países de Europa, enviado por la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, su tesis doctoral, que fue premiada en 1925. El tema de ella es hoy de gran actualidad: municipalización y socialización de los servicios públicos.Coincidiendd en su vocación familiar de economista y, más concretamente, de hacendista, o siguiéndola por devoción, se formó doctrinalmente al lado de Flores de Lemus, de cuya cátedra fue profesor auxiliar varios cursos. Diputado muy joven, salió elegido diputado a Cortes por Asturias por el Partido Liberal-Demócrata en la seguna legislatura de la República, realizando una fructífera labor en materia de instrucción pública, así como especialmente en su condición de secretario de la Comisión de Presupuestos del Congreso.En 1935 resultó elegido secretario del Ateneo de Madrid, durante la presidencia de Fernando de los Ríos.

Ahora, al morir, Pedregal presidía la Fundación Giner, en la que había sucedido a Ramón Menéndez Pidal, ocupando además un puesto de vocal en la ejemplar Fundación Sierra-Pambley, de León, obra muy querida de sus antiguos y sucesivos presidentes, Gumersindo Azcárate, Cossío y su propio padre.A partir de la terminación del período de la dictadura del general Franco participó en forma muy efectiva para conseguir que ambas fundaciones volvieran de nuevo a sus legítimos continuadores, a fin de que integraran los respectivos patronatos.Estos patronatos recuerdan con profunda gratitud y entrañable afecto a Manuel Pedregal por la plena dedicación que consagró a su tarea. Pedregal, para todos sus amigos Manolo Pedregal, conservó hasta el último momento de su vida el entusiasmo juvenil y el optimismo sereno e inteligente que a través de toda ella le habían caracterizado. Era persona realista, pragmática, pero siempre en persecución decidida de un ideal, no por próximo menos puro. Era también persona de simpatía extraordinaria, no arrolladora, mas sí extraordinaria, producto quizá de una singular y feliz mezcla de tolerancia y tesón, de inteligencia y memoria, de intuición y reflexión, de ingenuidad y de picardía. En fin, la mejor de las bondades.

Juan Uña Pedergal es abogado y vocal de las fundaciones Giner de los Ríos-Institución Libre de Enseñanza y Sierra Panibley, de León

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