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Las milicias drusas bombardean, por primera vez en cuatro meses, el palacio presidencial libanés

El ciclo infernal de la violencia se reanudó ayer en Líbano con un nutrido bombardeo de la artillería de la milicia antigubernamental drusa, que, por primera vez desde hace cuatro meses, alcanzó el palacio presidencial de Baabda, donde se encontraba el jefe del Estado, Amin Gemayel.

Tras un viernes sangriento, en el que más de una decena de civiles perdieron la vida, otros 38 resultaron heridos y las explosiones provocaron numerosos incendios en los barrios predominantemente cristianos de Beirut este, los cohetes Grad y los cañones del Partido Socialista Progresista, en el que militan exclusivamente drúsos, se ensañaron ayer contra Baabda y sus alrededores, localidad situada a 10 kilómetros al este de la capital, donde, además de la jefatura del Estado, están situados el Ministerio de Defensa, la Academia Militar y las residencias de los embajadores de EE UU y Francia, los dos principales países integrantes de la fuerza multinacional aquí destacada.Como resaltó un portavoz gubernamental, el diluvio de ayer coincide con la reactivación de los esfuerzos para la aplicación de un plan de seguridad que las demás partes se disponían a aceptar" para conseguir un alto el fuego.

Cuando los primeros impactos de los cuatro proyectiles que cayeron sobre el edificio dañaron el palacio presidencial, la mayoría de los empleados se precipitaron escaleras abajo hacia el sótano-refugio, pero Gemayel, que recibía en aquel momento a un grupo de estudiantes de periodismo de la Universidad de Líbano, no se inmutó y prolongó la audiencia, bajo las bombas, a pesar del nerviosismo de sus huéspedes. No hubo que lamentar víctimas en el bombardeo de la jefatura del Estado.

Los drusos-socialistas, encabezados por Walid Jumblat, que cuenta con el respaldo de Siria, se habían excusado de antemano publicando un comunicado en el que presentaban "sus disculpas a los civiles que pueden ser alcanzados", aconsejándoles "alejarse de los edificios públicos, emisoras de radio y televisión, en torno a los cuales han sido desplegadas las baterías de cañones gubernamentales". Premeditadamente, o tal vez por la inexperiencia de los artilleros drusos, los proyectiles disparados fallan sus objetivos militares para alcanzar de lleno blancos civiles.

Las emisoras de radio difundían llamamientos y advertencias a la población para que permaneciese en sus casas, mientras un número indeterminado de cazabombarderos norteamericanos F-14 Tonicat sobrevolaban Beirut en misiones de reconocimiento, que, según se rumorea, suelen ahora abarcar la llanura oriental de Líbano, la Bekaa, donde podrían ser montados pequeños aviones de turismo, con los que pilotos suicidas chiitas intentarían estrellarse contra los barcos de la VI Flota norteamericana que navegan cerca de las costas de Líbano, según reveló el viernes en Washington un alto responsable estadounidense, que pidió permanecer en el anonimato.

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